Obsolescencia programada: Un llamado a la sostenibilidad

En un mundo donde la tecnología cada día avanza más y más, la obsolescencia programada emerge como un problema que impacta no solo en nuestros bolsillos, sino en algo mucho más grave, nuestro planeta.

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Foto de Google

Por: Elí Flores / 26 de septiembre de 2023

La obsolescencia programada es la determinación, la planificación o programación del fin de la vida útil de un producto o servicio de modo que tras un periodo de tiempo calculado de antemano por el fabricante o por la empresa durante la fase de diseño de dicho producto. Esta práctica afecta a los consumidores de manera económica y psicológica, ya que se ven obligados a comprar nuevos dispositivos una vez que el anterior se vuelve obsoleto. Esto conlleva un aumento en la producción y desecho constante de productos electrónicos, generando una creciente cantidad de residuos que a menudo contienen sustancias peligrosas para el medio ambiente y la salud humana.

Según un estudio realizado por la ONU en 2019: El mundo produce hasta 50 millones de toneladas de desechos electrónicos y eléctricos al año, lo que pesa más que todos los aviones comerciales jamás fabricados. Sólo el 20% de esto se recicla formalmente.

Gráfica obtenida de un estudio realizado por la Universidad de las Naciones Unidas en Tokio, Japón en el año 2019.

Además, la obsolescencia programada contribuye a la sobreexplotación de recursos naturales, como metales y minerales, ya que la fabricación de nuevos productos para reemplazar los obsoletos requiere grandes cantidades de estos recursos, poniendo en riesgo la sostenibilidad de los ecosistemas. El consumo energético es otro aspecto perjudicial, ya que la elaboración y uso de productos electrónicos demandan una gran cantidad de energía.

La contaminación del agua y del suelo resulta de la liberación de sustancias químicas peligrosas presentes en los productos electrónicos desechados, afectando negativamente tanto a los ecosistemas como a la salud humana. Refrigeradoras, lavadoras, teléfonos, computadoras, impresoras y bombillas son algunos de los más propensos a la obsolescencia programada, lo que plantea la necesidad de que los consumidores estén alerta y opten por productos duraderos y sostenibles para combatir esta tendencia.

Es esencial que los consumidores tomen decisiones informadas al comprar, promoviendo la elección de productos que no solo sean eficientes en cuanto a su uso y coste, sino también resistentes y diseñados para durar.

A continuación, se presentan algunas prácticas para alargar su vida útil de los dispositivos electrónicos:

Prácticas para alargar la vida útil de los dispositivos electrónicos:

  • Ampliar la duración de los aparatos y contemplar procesos de reciclaje de los componentes que son valiosos pero peligrosos para la salud humana o el medio ambiente.
  • Aumentar los periodos de garantía para que los consumidores puedan acceder de manera fácil y gratuita a reparaciones que eviten la recompra.
  • Leer las etiquetas que llevan los dispositivos para saber su vida útil y nivel de dificultad para repararlos.
  • Evitar la compra de nuevos dispositivos cuando los antiguos fallan, y en su lugar, buscar opciones de reparación.

Para contrarrestar este impacto, es fundamental que los consumidores opten por productos duraderos, reciclables o reacondicionados. Además, se requiere la implementación de regulaciones y políticas que fomenten la sostenibilidad y la responsabilidad por parte de los fabricantes en la producción y gestión de productos electrónicos.

Video sobre la obsolescencia programada:

Video de YouTube

Fuentes consultadas:

https://elpais.com/retina/2020/03/09/tendencias/1583740212_343832.html