Andrea García: «Siempre tenemos que ser luz donde sea que estemos parados»

0
964

La graduada de la Escuela de Ciencias de la Comunicación (ECC), Andrea García, tuvo una participación en el podcast “Qué te iba a decir», programa conducido por Roberto Mendoza, vía Instagram. Tu Espacio te cuenta todo lo que platicaron los ex alumnos de la Universidad Dr. José Matías Delgado (UJMD), donde resaltaron el desarrollo profesional, personal y espiritual dentro de la vida de las personas.

Andrea García es graduada de la Escuela de Ciencias de la Comunicación y actualmente labora como freelance y docente. Foto cortesía: Andrea García

Por Adonay Alessandro Rosales

El pasado 18 de abril, Andrea García, graduada de la ECC y docente en la especialización de Publicidad y Marketing en la licenciatura de Ciencias de la Comunicación, sostuvo una plática con Roberto Mendoza, ex estudiante de la UJMD. Dicha charla fue vía Instagram, en el podcast “Qué te iba a decir”, el cual fue lanzado el 14 de febrero del mismo año. Dicho podcast nació con la idea de crear un espacio donde las personas pudieran comunicar lo que les apasiona de manera libre y sin prejuicios ni filtros. Tu Espacio te trae todo lo que expresó Andrea García durante la entrevista.

¿Cuáles son los pilares de Andrea García?

Andrea García se formó bajo tres pilares. Se formó bajo los aspectos de trabajo. Casi que desde que salí de la “U” fue cómo a buscar trabajo. Se formó bajo pilares de ayudar a otros. Para mí es importante ser luz donde tú estuvieras parado. En este mundo se tiene que abrir paso de diversas maneras. 

El proceso donde te fuiste conociendo no ha sido fácil. Han habido altos y bajos. ¿Cómo has sabido llevar todo esto?

Es normal en el humano tirar la toalla. Es como tener una conversación contigo misma y vos decís que ya para qué seguir. Si algo me ha movido es que vos tengas retos. De qué sirve a vos decir bueno entonces aquí termino si al final de cuentas no es la manera en que debe terminar una situación. Como persona te vas a ir moldeando por experiencias buenas y malas. Sí ha costado, pero te toca sacudirse y decir que no pasa nada. Eso va formando carácter, a pesar de que a uno le gustara que fuera todo color de rosas. Pero a partir de todo eso, Andrea ha logrado ser quien es gracias a todo eso.

¿Cómo te has desarrollado en los ámbitos personal, espiritual y profesionalmente? ¿Cómo has logrado llevar los tres de una manera equilibrada?

Yo soy hija única, me tocó combatir con la vida para agarrar carácter. Ha sido bien difícil llevar las tres desde una edad bien corta. A los 17 años comencé a trabajar, entonces profesionalmente es bien difícil. Existen comentarios como “bien chiquito el que está trabajando acá” y eso hace que la moral se te baja, porque tú estás intentando salir adelante y ser profesional, pero lamentablemente existe esa brecha. Esto te ayuda con la madurez. Ya no solo es con temas de la “U” o colegio y comienzas a trabajar. Aquí trabajé lo profesional y personal. Espiritualmente, sin importar lo que creas, es bien difícil, porque, cuando algo sale mal, tú te dices por qué. Siempre estarás intentando que no se te caigan ninguno de estos pilares, pero al final de cuentas la misma experiencia te ayuda. En alguna de esas que se te caiga una, con la ayuda de las otras dos podés alcanzarla. 

¿Cómo fue tu proceso de educación y cómo decidiste escoger comunicaciones en esa universidad?

Yo a la carrera de comunicaciones nunca la tuve en la primera mira. En el colegio a mi me gustaba la idea de diseñar. A mi me encargaban todo el tema de diseño dentro de mi promoción en el colegio. Por ello, comencé a programar programas de diseño y con esfuerzo comencé a aprender, pero por temas económicos no pude estudiar diseño. Eso te baja la moral, porque era mi carrera soñada. Agarré comunicaciones teniendo mis dudas sobre si iba a ser buena o si me iba a gustar. Me tocó adaptarme y fue increíble como fui agarrando impulso hasta enamorarme de las comunicaciones.

Tú, en un inicio, te imaginaste como diseñadora y no como comunicadora. ¿Te pensaste alguna vez alcanzar todo lo que has logrado si no hubieras estudiado comunicaciones?

Fijate que no. Yo sí he visto gente que se ha desarrollado en comunicaciones, pero tenía mis dudas. Yo tenía una frase que era “No es lo mismo a diseño”. Ya después comencé a cambiar la parte en la que menospreciaba a la carrera a compararla de manera positiva con diseño. Lo comencé a ver con ojos diferentes. Creo que fue algo muy importante, porque la vida fue como que dijo “si tienes el talle de diseñadora, pero te voy a enseñar de otra manera y por otros medios”. 

¿Qué papel han jugado tus papás en tu vida?

Fijate que en ese caso, la disciplina ha venido de parte de mi papá. Si tu dices que algo es a las siete, tiene que estar a las siete. Siempre hay que dar calidad en todo ámbito. Mis papás siempre me han dicho una frase popular: “yo no tengo casa ni terrenos para darte, lo único que te puedo heredar es un título”. A mí me viene persiguiendo esa frase hasta hoy. Si esa va a ser mi herencia, hay que hacer que eso valga muchísimo. Que cueste todo lo que te ha costado. Mi mamá ha sido amorosa y trabajadora. Ella es ese empujoncito que apoya. Si algo sale bien es la primera en echarme porras. Mi mamá ha sido la misma mujer hasta el día de ahora, que siempre me ha apoyado como desde chiquito. Ella me ha demostrado lo orgullosa que está de todo lo que he logrado hasta el momento.

¿Cuál ha sido tu reto más grande?

El principal fue “ella es demasiado joven”. Me costó bajar esa pared. Llegaba a la “U” y hacía todas las actividades con mi grupo. Cuando yo llegué al trabajo siempre me decían “¿en serio tienes 18 años y haces esto?”. En el primer trabajo que yo tuve fue en un museo de niños y en un evento un fotoperiodista me dice “¿Y vos le tomas las fotos a ellos?” y yo “Sí”, y me criticó que era demasiado joven para hacer eso, pero al final de cuenta lo que he aprendido es que tu experiencia y tus actos hablan por ti. No necesitas tener un megáfono y decir “Miren lo pro que soy”, sino que al contrario. Tu, incluso con un mini megáfono o con la ayuda de otras personas, otros van a conocer por vos. Así van a bajar los prejuicios, pero esos siempre van a estar. Lo bueno es que te sientas bien contigo mismo y con lo que haces. 

¿Cómo te proyectas en unos 10 años?

Siempre me he visto con mi propio rubro. Actualmente trabajo en una agencia y me siento bien ahí, y trabajo como freelance. Yo disfruto mis dos trabajos, pero hay una chispa que me da el freelance que no me la da otro trabajo, y es esa autonomía. Yo quiero llegar a ese punto de decir tengo esa autonomía en mi vida profesional, espiritual y personal. Esa es la Andrea que se proyecta en 10 años. De manera espiritual, que siga con el pensar de que la vida siempre se va a poner más a mí favor a pesar de los problemas. 

¿Cómo ha sido el proceso de trabajar en una agencia y ser freelance?

Ha sido divertido, curioso y lleno de experiencias. Al trabajar como freelance siempre tienes ese prejuicio de que hasta vos mismo te lo colocas de tanto que lo escuchaste de que demasiado joven sos para llevar clientes. Cuando estás de freelance el jefe sos tú y eso es diferente a los trabajos como en una agencia. Tengo clientes que me llevan 40 años y yo en casa de mis papás. Es importante que los prejuicios no boten todo lo que has construido. Hay que ir viendo cómo se equilibra todo. Estamos en la edad en donde tú construyes todo lo que de un día vas a vivir. El trabajo me da experiencia y contactos, cosa que lo puedo aplicar para mis clientes. Sí, es difícil y cansado, pero es algo que vale la pena.

¿Te ha costado abrir campo profesional aquí en el país?

Es tema de perseverancia. El área creativa, que es a la que me dedico, está tan llena acá de talento muy bueno. En la comunidad creativa hay que echarse la mano, haciendo alianzas estratégicas. Sí ha costado, porque hay más personas freelance como yo, pero tampoco la idea es no desempolvar las cosas malas del otro, sino es qué ofreces tú. La actitud no te la quita nadie, todos nos diferencian por algo. Todos tienen el mismo talento, lo que es diferente es la calidez humana. 

¿Cómo lograste vencer el miedo de no poder hacer algo?

El mayor de mis miedos fue con mi segundo freelance. Con el primero tuve diversas caídas, pero en el segundo me di cuenta que de verdad esto iba en serio. Uno supera sus miedos a partir de la confianza y dándose cuenta de que esto es trabajo y hay que hacerlo bien.

Si tuvieras enfrente a la Andrea de hace 5 años, ¿qué le dirías?

Le diría primero que se agarre los pantalones, que no se vaya a asustar de todo lo que viene. 5 años sí me han bastado para pegar buenas lloradas en la “U”, para cuestionarme si lo que estudiaba estaba bien o si era bueno en lo que hacía. Yo le diría que se agarre fuerte, que vienen cosas buenas, pero que va a tener que ponerse firme para poder hacerlo todo. Todo pasa con un propósito.

Si pudieras cambiar algo de tu vida, ¿lo harías?

No cambiaría nada de lo que me ha formado porque todo ha sido experiencia para mí. En la vida no pasan cosas porque sí, sino que pasan por algo y tienes que aprender algo de todo. 

¿Cómo has logrado que la gente te reconozca y cuál es la importancia de la marca personal en el ámbito laboral?

Es bien difícil. Mi marca personal se ha construido bajo ciertos cimientos emocionales. Si tú trabajas con Andrea García vas a trabajar con una persona bien dada a tu proyecto. Eso es parte de mi marca personal. Lo que hagas repercute en otras áreas. Requiere mucho trabajo, porque dejas de hacer cosas por diversos aspectos. Cuesta que mantengas tu marca de manera holística, pero al lograrlo es reconfortante. 

¿Cuál ha sido el mayor reto que has vivido? ¿Cuál es tu mayor sueño?

El mayor reto fue trabajar con una marca. Me quisieron dar la culpa a mí por un evento que sucedió. Ellos me quedaron debiendo una cantidad de dinero en esa ocasión. Yo tenía a cargo una persona y tenía que pagarle su salario y moralmente te preguntas cómo haces. Me sentí muy bajoneada, porque nunca he recibido una queja de un cliente, pero si tú estás segura de lo que haces esa baja moral te dura pocos días. Eso te queda de experiencia. En cuanto a sueño yo diría que es enseñar, porque es algo que amo. Yo soy del pensar que terminas de aprender cuando tu compartes lo que conoces.

¿Ha sido fácil o difícil para tí construir el amor propio?

Ha sido bien difícil. Siempre he sido gordita y he recibido bullying por eso. Con ello, se te baja la moral porque no te consideras una persona bonita. Cuando uno no construye ese amor propio en un inicio siempre se cuestiona el qué le falta. Pero después uno se va construyendo para ver cuáles son las virtudes que tienes. 

¿Qué mensaje darías a las personas que ven lejos sus sueños o que tienen miedo de estancarse?

Siempre hay que ser luz donde sea que estés parado. Hay que perderle miedo a las cosas en la vida. De alguna manera tú podrás lograr las cosas que tú quisiste. Las personas vienen al mundo con un propósito, uno que nadie más puede cumplir. También que siempre vas a ser inspiración de otros, aunque no lo pienses así. No te preocupes por lo que haces, siempre vas a ser un pilar e inspiración para otros e incluso para nuestros cercanos.