Los X, la generación de la crisis y la bonanza

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La generación puente, porque se encuentra entre los Baby boomers y los milénicos, ha vivido momentos históricos más significativos de riqueza e inestabilidad. Además, son adaptativos y no nativos. Descubre qué caracteriza a la generación X

La generación X, un documental que retrata lo alternativo se vuelve masivo.

Por Carmen González-Huguet

No hay un criterio unificado: algunos consideran como miembros de la generación X a los nacidos entre 1961 y 1979. Otros consideran el intervalo de 1965 a 1980, y para otros, sus integrantes nacieron de 1965 a 1984 u 85. Las fechas de nacimiento de la llamada generación X son algunos de los datos más discutibles o controversiales con respecto a esta cohorte demográfica. Para quienes han venido siguiendo las publicaciones más recientes de esta columna, los integrantes de la generación X son los nacidos entre los últimos baby boomers y los primeros milénicos o mileniales. En resumidas cuentas, en 2018 los de la generación X tienen entre 34 y 53 años de edad. Son, por lo tanto, en estos momentos parte de la población económicamente activa.

¿Quiénes son los Baby boomers?

Aquí tal vez conviene hacer una desambiguación, como dice Santa Wikipedia: nos referimos en este artículo a la cohorte demográfica de los nacidos entre esos años. No confundir el concepto actual con la banda de punk-rock llamada también Generación X, de la cual formaban parte los músicos Billy Idol, Tony James y John Towe. Tampoco nos referimos al superhéroe de ficción que aparece en cómics y que responde al mismo nombre. Al parecer, fue el escritor canadiense Douglas Coupland, nacido el 30 de diciembre de 1961, quien popularizó el término en su novela Generación X: relatos de una cultura acelerada.

Como quiera que sea, el lanzamiento de la píldora anticonceptiva a principios de la década de los sesenta hizo declinar las altas tasas de natalidad que dieron origen a los baby boomers. Sin embargo, en los Estados Unidos, esta declinación en el número de nacimientos fue compensada con el incremento de la emigración. Para algunos expertos en demografía, los miembros de la generación X fueron niños en una época cuando los niños no eran el foco de atención de la sociedad.

A los nacidos en este segmento poblacional les tocó enfrentar, como niños, el alza en la tasa de divorcios, que se incrementó en la sociedad estadounidense a partir de mediados de la década de los sesenta. Algunos atribuyen el alza a la llamada revolución sexual. Como sea, a diferencia de las parejas de los cincuenta, que solían permanecer juntas “por los hijos” aunque fueran claramente disfuncionales, los matrimonios jóvenes de los sesenta o setenta que naufragaban optaban con mucha frecuencia por el divorcio.

De esta manera, muchos de los niños y jóvenes de la generación X se encontraron regresando de la escuela a casas vacías, donde no había adultos que los supervisaran, ya que estos se encontraban trabajando. En la Inglaterra de la época, estos chicos crecieron casi sin supervisión adulta y fueron los llamados “Thatcher’s children”, ya que vivieron la época cuando Gran Bretaña fue gobernada por la primera ministra conservadora Margaret Thatcher (1925-2013), de 1979 a 1990, época famosa por sus medidas económicas tendientes a reducir el desempleo y la recesión. La época “thatcheriana” inglesa coincidió en el tiempo casi exactamente con los gobiernos del presidente estadounidense Ronald Reagan (1911-2004), quien gobernó de 1981 a 1989.

Se considera que algunos de los miembros de la llamada Generación X alcanzaron la adolescencia en los años ochenta del siglo XX. Dos películas de culto dieron voz a los jóvenes de esa época, quienes tenían en común frecuentes y profundos desencuentros con sus padres: St. Elmo’s fire y The breakfast club. En la primera película destacaron los actores juveniles Emilio Estevez, Rob Lowe, Ally Sheedy, Demi Moore, Andrew McCarthy y Judd Nelson, y en la segunda: los ya mencionados Estevez, Sheedy y Nelson, además de Molly Ringwald y Anthony Michael Hall.

En los Estados Unidos, los años ochenta vieron aparecer la epidemia de crack en los barrios bajos habitados por población negra. Esta “epidemia” disparó la tasa de homicidios entre los hombres negros adolescentes, que se duplicó. Este fenómeno impactó negativamente a cientos de miles de familias.

Esta generación también llegó a la adolescencia cuando el sida se convirtió en un fenómeno mundial. Pero también fue esta la primera generación de niños y jóvenes que tuvo acceso a computadoras personales. Algunos se refieren a esta generación como aquella cuyos miembros “se negaban a crecer” o a madurar, siendo estereotipados como jóvenes adultos cínicos o poco afectivos. Mientras esto sucedía en los Estados Unidos y en Gran Bretaña, en Rusia los miembros de la Generación X fueron los últimos niños criados bajo el antiguo sistema soviético.

Sin embargo, a medida que esta generación creció, a través de las décadas de los noventa y después del año 2000, muchos de sus miembros comenzaron a destacarse como personas emprendedoras y autoempleadas, y algunos autores los han definido como “la generación más trabajadora” desde la Segunda Guerra Mundial. El demógrafo William Strauss estableció que la mayoría de los policías y bomberos que acudieron al rescate de las víctimas del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York eran miembros de la Generación X, lo mismo que los pasajeros que, en el vuelo 93 se sublevaron contra sus secuestradores en aquella misma trágica jornada.

Entre los miembros más conspicuos de la Generación X destacan Larry Page y Serguey Brin, ambos nacidos en 1973 y fundadores de Google.  Jimmy Wales (1966) y Larry Sanger (1968), fundadores de Wikipedia, también son considerados parte de esta cohorte, lo mismo que Chad Hurley (1977), Steven Shi Chen (1978) y Jawed Karim (1979), los fundadores de Youtube.

¿Y la generación X en salvadoreños?

¿Y en El Salvador? Indudablemente, la Generación X fue una de las más golpeadas por la guerra civil. La mayoría vivieron su infancia o adolescencia durante el conflicto. Las niñas cuya fiesta rosa fue una celebración “de toque a toque” se encuentran entre estos miembros de la generación X. No conocieron o ya no se acuerdan del país que era El Salvador antes de esos doce años sangrientos. Son los hijos de los salvadoreños que emigraron en esa época, de modo que crecieron en otros países, o se criaron aquí, cuidados por abuelos y otros familiares y sufriendo la ausencia de sus padres.

Los más acomodados han crecido con televisión, cable, videocaseteras (VHS o Betamax) y otros artilugios electrónicos. Pasaron del Walkman a los cedés y de ellos al MP3 sin problemas. Aunque no nacieron con teléfono celular, la revolución tecnológica de las comunicaciones los ha encontrado listos y abiertos a todos estos avances, a los cuales se han adaptado sin problema. Han conocido la televisión abierta, pero también HBO y Netflix. Y de seguro eran de los que, en su adolescencia, se desvelaron bajando canciones a través de Napster. Hoy, también con seguridad, son asiduos de Spotify. Desde el punto de vista mercadológico, esta generación es muy importante. Solo en Youtube generan unos 1500 millones de visualizaciones diarias. Y mejor no hablemos de lo integrados, o enganchados, que se encuentran a las redes sociales.

Aunque probablemente no son nativos digitales, esta es una generación que ya no puede vivir sin Facebook, Twitter o Instagram. Quizás esta sea la característica dominante de esta cohorte ya que, aunque cómodos con las redes sociales, los miembros de la Generación X también se mueven como pez en el agua en los medios tradicionales, especialmente la televisión, con la que han crecido. Tienen, como miembros de la población económicamente activa, mucho poder de decisión a la hora de comprar, además de un importante poder adquisitivo.

Hoy en día, y por todas estas causas, los miembros de la generación X gozan, tal vez, lo mejor de ambos mundos.