
Ricardo Chacón – ORCID: 0000-0002-3357-6474|Director de la Escuela de Ciencias de la Comunicación –UJMD– 6 de noviembre 2025
Fuera las visiones extremas sobre el trabajo con inteligencia artificial.
La inteligencia artificial está ejerciendo una influencia significativa en ámbitos como el laboral, educativo e incluso en nuestro tiempo libre. ¿Podría igualmente estar modificando nuestra manera de razonar y expresarnos?
Los chatbots tienen la capacidad de redactar ensayos y solucionar problemas en segundos, una tarea que, en otras circunstancias, requeriría minutos u horas. No obstante, podríamos tener una dependencia excesiva de estas herramientas, implicando que dejamos de ejercer el pensamiento crítico y la utilización creativa del lenguaje, si quiere profundizar sobre el tema puede ver el siguiente artículo https://theconversationglobal.cmail20.com/t/r-e-tktjuduk-nkkjrttcj-r/

Desde el lanzamiento del chatbot ChatGPT, a finales de 2022, Silicon Valley ha procurado persuadirnos de que la inteligencia artificial generativa tiene el potencial de transformar todo, incluyendo nuestras ocupaciones laborales y el futuro del trabajo. Tres años después, se podría anticipar un impacto más significativo en la generación de nuevos puestos de trabajo, nuestras trayectorias profesionales y el porvenir laboral. Tres años después, es imposible atribuir la disrupción laboral únicamente a la inteligencia artificial, se trata de un fenémno mucho más profundo, un cambio de paradigma estructural de la sociedad del conocimiento la información y la producción.
Ahora bien, si quiero plantear categóricamente, que la inteligencia artificial generativa ha tenido que ver en gran parte en estos cambios que vivimos, sobre todo sí la consideramos una tecnología de propósito general, esto quiere decir que tendrá un efecto impacto social, global, estructural. Y esto afectará el trabajo sin duda alguna.
Comencemos refiriéndonos a un término interesante, muy interesante: se trata de una tecnología de propósito general (TPG), no es otra cuestión que poseer la capacidad de generar una transformación significativa en la economía y la sociedad mediante el fomento de la innovación en diversos sectores.
Las tecnologías de propósito general se refieren a aquellas que poseen la capacidad de influir en la totalidad de una economía, usualmente a escala nacional o global. Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TPG) poseen el potencial de generar una transformación significativa en las sociedades a través de su influencia en las estructuras económicas y sociales preexistentes.
Durante toda la historia hemos visto este fenómeno; la máquina de vapor, la electricidad y la tecnología de la información son ejemplos arquetípicos de TPG; otros ejemplos abarcan el sector ferroviario, componentes intercambiables, electrónica, manipulación de materiales, mecanización, teoría de control (automatización), automóviles, computadoras, internet, medicina y en nuestra época, la inteligencia artificial, con un enfoque particular en los transformadores generativos reentrenados.
En este sentido, y este es el objeto de esta nota montada sobre el trabajo de Diamandis, la gran conclusión es que las posiciones extremas sobre el aumento o disminución del trabajo a raíz de la inteligencia artificial ni son catastróficas ni son la octava maravilla, simplemente hay un cambio de paradigmas, como ocurrió con la imprenta, con las máquinas de vapor, la electricidad o el internet.
El autor Peter H. Diamandis, en un artículo estimulante publicado el 10 de octubre pasado, https://ai-news.talent-academy.com/ , explica esta idea ejemplificando distintas áreas, por ejemplo, la de los radiólogos: en 2016, Geoffrey Hinton, un pionero de la IA, dijo que las máquinas reemplazarían a los radiólogos en cinco años; sin embargo, casi diez años después, la necesidad de estos profesionales ha llegado a niveles récord.

Por lo tanto, a pesar de que los algoritmos pueden identificar enfermedades con alta precisión, aún se requiere la intervención humana para aspectos tales como las normativas médicas, el juicio clínico y la planificación terapéutica.
En este proceso, es crucial destacar que la introducción de herramientas de inteligencia artificial ha acelerado la velocidad de los escaneos, un hecho ineludible.
Desde una perspectiva distinta y con un rubro diferente, el transporte marítimo constituye el inicio del comercio global por diversas razones fundamentales y sencillas, habilidad para recorrer distancias extensas: los navíos tienen la capacidad de travesar océanos, estableciendo conexiones entre continentes que previamente se encontraban en aislamiento. Esta circunstancia facilitó el intercambio comercial entre civilizaciones distantes, tales como Europa, Asia y América.
Esta vinculación mundial, permitió el volumen considerable de carga: Las embarcaciones tienen la capacidad de transportar volúmenes considerables de productos que serían inviables de trasladar terrestremente, tales como especias, metales, alimentos y productos manufacturados.
Esto significó, entre otras cuestiones, costo reducido y eficiencia aumentada; el transporte marítimo se caracteriza por ser más económico y eficaz para grandes volúmenes en comparación con otros métodos, lo que facilitó un crecimiento acelerado del comercio internacional.
Global Port Network, desde tiempos antiguos, han instaurado puertos en ubicaciones estratégicas, estableciendo rutas comerciales internacionales y promoviendo el intercambio constante de mercancías y culturas. En síntesis, el transporte marítimo facilitó el comercio entre regiones distantes y grandes volúmenes de mercancías, estableciendo así los cimientos para una economía global interconectada.
De manera similar, la computación en la nube experimentó una transformación por la paradoja de Jevons porque, al hacer más eficiente el uso de recursos informáticos (por ejemplo, almacenamiento y procesamiento), permitió que más personas y empresas los usaran.
La nube hizo que procesar y guardar datos fuera más barato y accesible, así que, en lugar de usar menos recursos porque son más eficientes, la gente empezó a usarlos mucho más. Así, la demanda total por capacidad en la nube creció, porque aprovecharla es fácil, rápido y económico para todos.
En resumidas cuentas, la mejora en la eficiencia aumentó el uso total de la nube, en vez de reducirlo; en términos académicos, una disminución en el costo de un proceso conlleva un incremento en la demanda total.
Este fenómeno se produjo con la containerización durante la década de 1960, que resultó en una reducción en los costos de transporte; el transporte marítimo marcó el comienzo del comercio internacional, mientras que la computación en la nube transformó a los administradores de servidores en ingenieros DevOps, una agrupación de desarrollo y operaciones para la creación y mantenimiento eficiente y fiable de software.
Por consiguiente, la reducción en el costo de la inferencia en Inteligencia Artificial ha impulsado la demanda de las Unidades de Procesamiento Gráfico (GPU), un circuito electrónico especializado, también conocido como tarjeta de video o gráfica. Esta se emplea para acelerar la generación de imágenes y videos en computadoras, teléfonos y otros dispositivos.
Empresas como Aaron Levie, CEO de Box, subrayan que una reducción en el costo laboral conlleva un incremento en su demanda. En consecuencia, a medida que la inteligencia artificial facilita la redacción de documentos legales, la programación o el análisis de datos médicos, se incrementará la demanda de que los individuos supervisen y posean especialización en dichos campos.
El experto Andrej Karpathy sostiene que la inteligencia artificial tendrá un impacto inicial en actividades rutinarias, tales como la atención al cliente o la entrada de datos. No obstante, numerosas de estas funciones se transformarán hacia roles de supervisión de agentes de inteligencia artificial, lo que propiciará una mayor creatividad y valoración de las tareas.
Peter H. Diamandis, un destacado emprendedor y experto en tecnologías exponenciales, especialmente conocido por fundar la Fundación XPRIZE, subraya la necesidad de un llamado a la acción: la transformación por inteligencia artificial ya ha iniciado. No se garantiza ni la pérdida de empleo ni la concepción de una automatización perfecta. El futuro es de aquellos individuos que comprenden el cambio y lo emplean en su beneficio. La inteligencia artificial no reemplazará a aquellos que la emplean de manera inteligente, sino que incrementará su influencia y relevancia en la emergente economía.
En resumidas cuentas, la inteligencia artificial no es más que una compleja tecnología de propósito general (TPG), aquella que poseen la capacidad de influir en la totalidad de una economía, usualmente a escala nacional o global.
Diamandis hace un listado de las principales visiones de extrema que surgen ante la llegada de la inteligencia artificial, comentemos una a una:
Las visiones extremas sobre la IA y el empleo son erróneas: no habrá ni colapso ni estancamiento.
El ejemplo de los radiólogos demuestra que la IA aumenta la demanda de trabajo especializado.
La paradoja de Jevons explica por qué la eficiencia tecnológica genera más consumo y empleo.
Innovaciones como la containerización o la nube transformaron, pero no eliminaron, industrias.
A medida que el costo del trabajo baja, su demanda crece —como señala Aaron Levie.
La IA impulsará más servicios, diagnósticos, código y documentos legales, no menos.
Los empleos rutinarios se transformarán en roles de supervisión de sistemas inteligentes.
Ejemplos actuales muestran cómo la IA mejora productividad y satisfacción laboral.
La IA es comparable o incluso mayor en impacto que la revolución de internet, no nos cabe la menor duda….



