Redacción|Alex Melgar|Fotografía- Marco Ramírez
La Escuela de Ciencias de la Comunicación (ECC) participó en la mesa redonda “El eco de la innovación: transformando la educación musical”, organizada por la Escuela de Bellas Artes (EBA). En este espacio académico, destacó la participación del maestro Kevin Eduardo Salazar, coordinador de las licenciaturas en Ciencias de la Comunicación e Innovación y Transformación Digital, quien, como uno de los panelistas, aportó una visión estratégica sobre los retos de la educación artística desde la óptica de la transformación digital, la ética y la innovación pedagógica.
El evento invitó a repensar la enseñanza musical desde un enfoque interdisciplinario y contextualizado, integrando nuevas herramientas y marcos conceptuales que fortalezcan el aprendizaje desde lo local y lo global.
La mesa redonda fue moderada por la licenciada Arline Zapata Álvarez, coordinadora de la carrera de Licenciatura en Música, y contó, además, con la destacada participación de la Dra. Rosa María Díaz Mayo, profesora e investigadora de la Universidad Autónoma de Madrid.
La doctora Díaz Mayo, especialista en didáctica musical, gestión cultural e innovación educativa, posee una amplia trayectoria docente en España y otras regiones de Europa. Su trabajo ha vinculado la música con diversas disciplinas artísticas y sociales, promoviendo proyectos centrados en una educación musical más inclusiva, crítica y contextualizada. Esta visión aportó un enfoque global y enriquecedor al diálogo sostenido con estudiantes y docentes.
Durante la mesa redonda se abordaron tres preguntas guía fundamentales:
- ¿Cuál es el «eco» más significativo de la innovación en la transformación de la educación musical hoy?
- ¿Qué rol juega la didáctica musical, la innovación educativa o las políticas ministeriales para lograr una transformación sostenible?
- ¿Qué cambio concreto debería implementarse para amplificar los beneficios de la innovación en la formación musical?
Las respuestas giraron en torno a la necesidad de repensar el concepto de “innovación”, diferenciándolo claramente del de “transformación”. Los panelistas coincidieron en que, innovar no siempre implica un cambio profundo y que, para lograr una transformación real, toda innovación debe surgir de una reflexión crítica sobre el contexto, las necesidades del entorno y el rol activo del estudiante como agente de su propio aprendizaje.
En ese sentido, la licenciada Zapata enfatizó: “Tenemos que motivar al estudiante a co-crear y transformar la realidad en la que estamos viviendo nosotros, agregando también su enfoque humanístico.”
Asimismo, se subrayó la importancia de la didáctica como una herramienta responsable que, más allá de organizar contenidos, articula cultura, creatividad e identidad. “La educación musical del siglo XXI debe ser un espacio de conexión humanista y cultural, más allá de la técnica”, puntualizó la doctora Díaz Mayo.
Por su parte, el Mtro. Kevin Salazar aportó una reflexión clave sobre el valor social de la innovación, señalando que esta no debe entenderse como un privilegio, sino como una herramienta urgente y necesaria para cerrar brechas y garantizar el acceso equitativo al arte, al conocimiento y a las oportunidades de formación.
“La innovación no es un lujo, pero sí es una urgencia ética para democratizar el arte y la información”, afirmó, subrayando la necesidad de repensar los modelos educativos desde una perspectiva crítica, inclusiva y adaptativa.
Desde su experiencia, el maestro Salazar hizo énfasis en que los procesos de innovación deben estar vinculados directamente con las realidades del entorno y con la búsqueda de soluciones creativas a problemas estructurales
Uno de los temas que generó mayor debate fue el auge de la inteligencia artificial (IA) en el campo musical. Se destacó que, aunque esta tecnología puede facilitar la creación y optimizar procesos técnicos, su uso debe estar guiado por principios éticos, conocimiento de la legislación sobre propiedad intelectual y un criterio pedagógico claro. Se advirtió que la IA no debe reemplazar el juicio artístico ni desplazar la dimensión emocional y humana de la música, sino integrarse conscientemente como una herramienta al servicio del aprendizaje y la creatividad.
Desde una mirada pedagógica y contextual, la doctora Díaz planteó una pregunta esencial en el campo de la innovación: “¿Por qué debo innovar? Por una necesidad social, una necesidad de adaptación, una necesidad como docente, como músico. Debemos tener una motivación clara: innovar porque necesitamos dar respuesta a una situación que estamos enfrentando. La innovación es una herramienta para dar respuesta significativa a una problemática”, expresó.
Desde una perspectiva institucional, se puntualizó que la innovación en la educación musical no debe responder a modas pasajeras, sino a necesidades reales detectadas en el entorno. Se propuso promover políticas educativas que comprendan la música no como un recurso complementario, sino como una dimensión estructural del desarrollo humano, especialmente en contextos como el salvadoreño, donde persisten brechas en el acceso y calidad de la enseñanza artística.
Este tipo de iniciativas académicas se convierten en espacios donde los estudiantes y docentes debaten sobre las tendencias globales y se abren oportunidades para repensar las prácticas educativas desde lo local. Discutir temas como la interdisciplinariedad, la tecnología, la ética y la transformación pedagógica fortalece la visión crítica, creativa y comprometida de la comunidad de la Universidad Dr. José Matías Delgado con una educación más humana, pertinente y conectada con las realidades del siglo XXI.
