
Redacción- David Saravia
¿De qué trata Flow?
La película sigue la travesía de un gato negro en un mundo devastado por una inundación. Sin diálogos y con una animación minimalista, la historia muestra cómo el felino, tras ser arrastrado por una ola gigante, se une a un grupo de animales, un perro, un capibara y un lémur para sobrevivir en un entorno hostil.
A diferencia de las películas animadas convencionales, Flow evita la humanización de sus personajes y apuesta por un relato puro de supervivencia. La falta de una explicación explícita sobre la inundación al inicio de la película deja que el espectador interprete su mensaje, centrado en la empatía, la resiliencia y la relación entre los seres vivos y su entorno.
Con un final abierto, la película sugiere que, aunque el mundo esté en crisis, la unión y la adaptación pueden marcar la diferencia.

David contra Goliat: Una victoria histórica en la animación
Bajo la dirección del animador Giants Zil Balodis y desarrollada por un equipo independiente, Flow marcó un hito en la historia de la animación al obtener reconocimiento internacional. Su impacto fue tan significativo que no solo ganó el prestigioso Premio Oscar a Mejor Película Animada, sino que también se alzó con el Globo de Oro en la misma categoría, consolidándose como una obra maestra dentro del cine de animación contemporáneo.
Lo más sorprendente de Flow es su proceso de creación. A diferencia de las grandes producciones respaldadas por estudios con presupuestos multimillonarios, esta película fue desarrollada íntegramente con Blender un programa de modelado y animación 3D de código abierto y totalmente gratuito. Este hecho resalta el potencial del software libre y como herramientas accesibles pueden dar vida a proyectos de alta calidad sin depender de costosos programas comerciales.

Otro aspecto innovador de Flow es su narrativa visual. La película prescinde completamente de diálogos, lo que la convierte en una experiencia cinematográfica universal, donde la historia se comunica exclusivamente a través de la animación, la música y el sonido.
Para reforzar la autenticidad de la ambientación, los sonidos de los animales no fueron generados digitalmente, sino que se grabaron de la naturaleza real. Este meticuloso trabajo de diseño sonoro estuvo a cargo de Gurwal Coïc-Gallas, quien logró capturar la esencia del entorno al espectador en la atmósfera única de la película.

Según Diana Robles, líder de la Licenciatura en Animación y Arte Digital en Monterrey, en la Escuela de Arquitectura, Arte y Diseño (EAAD), junto con los académicos Adoniram Rodríguez y Edgar Magro, este reconocimiento representa un punto de inflexión en la industria. «Flow se ha convertido en un modelo a seguir. Al emplear Blender, ha demostrado que la calidad no depende de grandes presupuestos ni de los estándares tradicionales de la industria», destacó Rodríguez.
Esta película no solo desafió a Disney en premiaciones, sino que también puso en jaque su modelo de producción, demostrando que la creatividad puede superar a los recursos financieros.

«Empresas como Disney seguirán utilizando sus propias herramientas, pero el reconocimiento de Flow y Blender marca un antes y un después para los creadores independientes», añadió Rodríguez.

Blender: La herramienta gratuita que está cambiando la industria
Blender es un software de código abierto y gratuito para la creación de gráficos y animaciones 3D, edición de video, modelado, animación, renderizado, escultura y composición digital y composición digital.
La elección de Blender en este proyecto y la transparencia del equipo sobre su uso están impulsando el reconocimiento y la validación profesional de esta plataforma.
«Blender tiene una gran aceptación (…) Es una herramienta versátil que permite modelar, animar tanto en 3D como en 2D, iluminar, editar y más. Además, es increíblemente ligera y accesible», explicó Robles.
A diferencia de programas como Maya o Cinema 4D, que requieren costosas suscripciones, Blender es completamente gratuito, lo que abre nuevas oportunidades a artistas independientes.
El triunfo de la pasión sobre el dinero
Si bien Flow demuestra el poder de herramientas accesibles, su verdadero valor radica en la visión y el esfuerzo de su equipo creativo.
La película destacó por su estilo innovador, una narrativa emocionalmente poderosa y un enfoque único que resonó con el público y la crítica. Su éxito también subraya un cambio en la industria de la animación, donde la originalidad y la conexión con la audiencia pueden tener más peso que los efectos visuales sofisticados o una gran inversión financiera. Este logro marca un precedente para producciones independientes y refuerza la idea de que, en el cine, la pasión y el talento pueden ser más decisivos que el dinero.
El director y tres veces ganador del Oscar, Guillermo del Toro, reconoció el esfuerzo y el trabajo para esta película a través de sus redes sociales. Además, compartió su felicidad por la película, destacando la calidad técnica y el diseño único en los personajes. “Si pudiera pedir un deseo para el futuro de la animación sería un magnífico y asombroso comienzo”, dijo el director mexicano.

El legado de Flow: Un futuro para la animación independiente
El éxito de Flow no solo resalta el potencial del software libre, sino que también envía el mensaje de que la animación no necesita grandes presupuestos, sino creatividad, perseverancia y pasión pueden ser los verdaderos motores detrás de una producción exitosa.
El uso de software libre permite a los creadores explorar nuevas posibilidades sin las limitaciones impuestas por costos elevados de licencias o herramientas exclusivas.
La historia de Flow refuerza la idea de que la animación bien lograda no depende únicamente de efectos visuales complejos o tecnología de punta, sino de una visión artística sólida, un equipo comprometido y una narrativa cautivadora. Con ingenio y dedicación, es posible crear obras impactantes sin necesidad de contar con los recursos de los grandes estudios.
Este triunfo inspira a nuevas generaciones de animadores, demostrando que las barreras económicas ya no son un obstáculo para contar historias auténticas.
«El camino hacia el éxito en la animación no está pavimentado con dinero, sino con esfuerzo, determinación y talento», concluyó Rodríguez.
En un área que, hasta el premio de este filme, estaba dominado por grandes estudios, Flow marca un nuevo capítulo para la animación independiente. No solo le ganó a Disney en los Oscar, sino que abrió las puertas a una era donde la creatividad pesa más que el presupuesto.
