Por Andrea Morales
En este espacio se reflexionó sobre los cambios en los hábitos de lectura impulsados por la tecnología.
La licenciada Martha Elena Uribe, vicepresidenta de CAMSALIBRO y directora de Editorial Delgado, abrió el conversatorio destacando el papel crucial de la Cámara en fomentar el acceso a la lectura y fortalecer la industria editorial. “A lo largo de estos 50 años, ha sido un puente entre autores, editoriales, librerías y lectores, defendiendo el derecho de los editores, así como la creación literaria y su papel en la sociedad”. Comentó. También enfatizó que la Editorial Delgado no sólo publica libros, sino que funciona como “una herramienta para difundir el conocimiento, apoyar la investigación y preservar el pensamiento crítico y creativo de nuestra comunidad académica”, expresó.
Por otra parte, la licenciada Uribe reconoció el desafío de mantener los hábitos de lectura en una sociedad que tiende a la inmediatez y con plataformas digitales que abren puertas a posibilidades infinitas. “Nos llaman a reflexionar cómo mantener la esencia de la lectura como un acto crítico, profundo y transformador”, acotó.
En este contexto, los panelistas abordaron los retos y oportunidades de la lectura en el mundo digital.
Jennifer Ramos razonó sobre cómo las plataformas digitales han cambiado los hábitos de lectura: “Ahora todo está al alcance de un clic: artículos, blogs e incluso libros en redes sociales. Aunque la inmediatez puede hacer que se pierda la esencia de la lectura, también permite explorar historias más personalizadas, plataformas como Wattpad, donde los usuarios pueden crear sus propias historias, han transformado la forma en que consumimos literatura” explicó.
Por su parte, Rider Monroy destacó el impacto de la inmediatez en los lectores: “Actualmente, el ser humano vive en un proceso personal y social bien automatizado, el cual quiere todo a “las ya”; esto nos hace perder el sentido de empezar, continuar y terminar un libro y se opta por buscar un resumen. El ser humano ha cambiado de generar un hábito más paciente y consciente al inclinarse a algo más inmediato. Esto desvía la atención y dificulta el discernir fuentes confiables, lamentó.
Del mismo modo, destacó que cada persona tiene su propio estilo de aprendizaje, y formatos como los audiolibros y materiales audiovisuales que propician adaptar la experiencia de lectura a las preferencias individuales. Esto facilita que la transformación digital sea más fluida y accesible, ajustándose a las necesidades específicas de cada lector.
Sobre este tópico, Jennifer explicó que, según un estudio realizado por la Universidad de California, Berkeley, al analizar mapas interactivos sobre cómo el cerebro responde a los audiolibros, se encontró que la actividad cerebral en términos de representación semántica es prácticamente la misma en quienes escuchan un libro y quienes lo leen. Esto sugiere que los audiolibros pueden ser una herramienta valiosa, especialmente para personas con dislexia o con dificultades en el procesamiento auditivo.
Ambos ponentes coincidieron en que la tecnología, bien utilizada, puede fomentar la lectura. Ramos destacó el crecimiento de comunidades lectoras en espacios como BookTok y Bookstagram (en las redes sociales de TikTok e Instagram respectivamente), mientras que Monroy recomendó herramientas como Overdrive y Manybooks, que ofrecen acceso a contenidos digitales de calidad.
Un aspecto clave del conversatorio fue la reflexión sobre el rol de la educación en la promoción de la lectura. Jennifer Ramos señaló que: “Si los docentes no transformamos nuestra forma de enseñar, los jóvenes crearán sus propios hábitos que no comprenderemos, lo que abrirá una brecha entre generaciones”.
“En el 2023, Wattpad reportó que el 60% de sus usuarios son adolescentes. Esto nos permite darnos cuenta que se empieza a formar una nueva generación de lectores y que esto sí está ayudando a generar un hábito, tal vez no como el que conocemos, pero sí una transformación”, agregó Jennifer.
Estudiantes de la Escuela de Ciencias de la Comunicación, como Gerardo Chávez y Camila Grande, participaron al reflexionar sobre cómo el sistema educativo influye en la construcción de hábitos de lectura.
Camila expuso que el hecho de tener opciones digitales le ha permitido descubrir la lectura con historias que le llamen la atención y recalcó que “encontrar historias que te atrapen realmente, que conectes con esa historia” es importante para poder empezar a leer. Pero también habló sobre cómo en su entorno universitario ha visto a compañeros utilizar la inteligencia artificial para obtener resúmenes de libros. “Está muy dividido”, aseguró, al expresar que tiene compañeros que gustan de la lectura y otros que no.
En este sentido, Gerardo Chávez opinó que las nuevas generaciones están perdiendo el hábito de la lectura ya que, en su experiencia, por un trabajo de campo realizado con estudiantes de sexto a noveno grado, el análisis crítico no era del dominio de estos jóvenes. Y sugirió que debería haber regulaciones para el uso de la tecnología, así como reforzar la lectura comprensiva y reflexiva.
Rider apunta a que sin generalizar ni dar una connotación negativa de la inteligencia artificial se puede promover una lectura más reflexiva y profunda utilizando las herramientas tecnológicas. “La lectura es para todos, siempre y cuando, entendamos que nos gusta leer”, agrega Rider.
Jennifer señaló como aprendizajes principales de este espacio que a menudo pasamos por alto que los libros son una expresión de creatividad y que la tecnología tiene el potencial de magnificarla. Gracias a los avances tecnológicos, la lectura se está diversificando y volviéndose más accesible, ya que se está democratizando el acceso a contenido de calidad para un público más amplio.
Rider aseguró que hay que saber hacer una transición a la tecnología y desarrollar hábitos de lecturas distintos, pues hay plataformas con contenido gratuito o de bajo costo que permite invertir en lectura según el tipo de preferencias y quitar la connotación negativa hacia la lectura digital.
La licenciada Martha Uribe concluyó que: “Desarrollar pensamiento crítico es clave para ser una persona integral en este mundo global”.
Este conversatorio dejó en claro que, aunque los hábitos de lectura están cambiando, la tecnología puede ser una aliada para democratizar el acceso al conocimiento. La clave está en adaptarse, aprovechar las herramientas digitales y fomentar un pensamiento crítico en las nuevas generaciones.
