Creatividad en pausa: Sueño perdido, diseño comprometido

“A veces estoy tan cansada que digo: voy a faltar a esta clase para dormir un poco más”.

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Fotografía iStock

Redacción: Diego Rivera y Siria Molina– una actividad de la Cátedra de Redacción de Plataformas Digitales impartida por Lic: Miguel Alfonso Martínez Martínez

Pasos lentos y borrachos. Las luces se apagan, el telón se extiende y los dibujos en las paredes duermen. Solo quedan rastros del amargo aroma del café impregnado en el aire. Gabriela es una de las últimas personas en abandonar el salón de clases. Las ideas parecen estar enredadas en su cabello y la ausencia del descanso arraigada en sus pupilas.  

Al igual que muchos otros estudiantes de la Escuela de Diseño, Gabriela carga con una mochila a sus hombros, un termo tibio en la mano y el peso del sueño debajo de los ojos. “A veces la carga académica es bastante fuerte, porque se dan los trabajos manuales; entonces no es solo de que tienes que ponerte a leer, sino que también tienes que estar activamente haciendo cosas”.

Según una encuesta realizada a 10 estudiantes de la Escuela de Diseño (EDD), 8 de ellos afirmaron dormir entre 4 y 6 horas promedio durante la semana y sacrificar muy frecuentemente sus horas de sueño. La Fundación del Sueño destaca la importancia de dormir las horas necesarias en el día, no solo para mejorar la concentración y la memoria, sino también para prevenir enfermedades. Los expertos de la Academia Americana de Medicina del Sueño (AASM) aseguran que «dormir seis o menos horas por noche es inadecuado para mantener la salud y la seguridad en personas adultas». De hecho, el impacto de no descansar adecuadamente es mayor en el rendimiento que el consumo de alcohol o tabaco, destaca una investigación de la Universidad de Cambridge realizada en conjunto con la organización Rand Europe y la compañía Vitality Health. (Leer reportaje sobre el tema aquí).

La atmósfera es tenue y sobria, atrae e hipnotiza. Dentro del salón solo se escucha el sonido del crujido de la madera y del frío silbido de la brisa que desordena el cabello de las únicas tres jóvenes sentadas frente a los telares. “La semana es bastante pesada, a pesar de no venir todos los días, que en ese caso, yo solo vengo lunes y miércoles, tengo que venir más días para poder trabajar aquí, entonces eso hace que mis horas de sueño se reduzcan” menciona Camila, estudiante de la EDD, mientras que, con suaves y ágiles movimientos, hila patrones en el telar que evocan los colores del cielo de verano y del algodón de azúcar. 

Estudiante de Diseño de Producto Artesanal trabajando en telar./Fotografía por Isabel Ayala

Según los resultados de la encuesta realizada a 10 estudiantes de la EDD, 8 de ellos afirmaron que duermen lo suficiente una o dos veces a la semana. Y 7 mencionaron que su equilibrio entre la carga académica y el descanso es poco. El estilo de vida actual ha llevado a que el estrés diario y el desgaste constante se perciban como algo común, debido a la rapidez con la que se vive. No obstante, ignorar estos problemas físicos y mentales puede resultar en un agotamiento crónico o incluso en el síndrome de burnout. 

Bajando las escaleras, con la mitad del cuerpo apoyado en la pared y un bostezo a medias en los labios está Fiorella, otra estudiante de la EDD. Desde el extremo opuesto del corredor se observa su falta de voluntad de continuar con la jornada. La brisa de la mañana la estremece, da un suspiro quejumbroso y se obliga a sí misma a adentrarse al salón inundado por el ruido del arrastre de las patas de madera de los bancos y el crujido del papel doblado. “El cansancio hace que las defensas bajen. En lo personal me enfermo más rápido y de la nada me resfrío, por ejemplo, ahorita me anda temblando el ojo”. Comenta antes de sentarse y entablar una conversación con su compañera de mesa. National Heart, Lung and Blood Institute (NHLBI) explica en su artículo Privación y deficiencia de sueño que “la deficiencia continua de sueño puede cambiar la forma en que la defensa natural del cuerpo responde a los gérmenes y las enfermedades. Por ejemplo, si tiene deficiencia de sueño, posiblemente tenga problemas para combatir las infecciones habituales”.

Gráficos que muestran los resultados de la encuesta realizada a 10 estudiantes de la Escuela de Diseño /Gráfico-elaboración propia

Una pared separa a Fiorella del silencioso mundo de Bryan. Él está sentado en la última fila del salón, cerca de la puerta, donde el exterior le susurra al oído y le pincha la cara como un niño pequeño que quiere su atención. Bryan intenta no voltear, aunque la tentación es grande, su mirada permanece fija al frente, donde su docente explica, en voz alta y firme, las instrucciones de lo que desarrollarán durante la clase. 

“Depende del proyecto que me pongan, hay casos que me llevan mucho más tiempo que otros, pero por ejemplo, los trabajos fuera de la universidad te quitan tiempo y el único tiempo que hay disponible es en la noche”. Bryan al final cede y voltea hacia afuera. Su atención se pierde y tras dar un suspiro resignado abandona el salón. Algunos de sus compañeros lo miran por el rabillo del ojo, otros lo ignoran y unos pocos reaccionan como si acabaran de darse cuenta que están en medio de una clase. 

De acuerdo con la Asociación Mundial de Medicina del Sueño (AMMS) «los problemas de sueño constituyen una epidemia global que amenaza la salud y la calidad de vida de más del 45% de la población mundial». Y según la encuesta realizada a los estudiantes de la EDD, 5 estudiantes dijeron sentirse más productivos en horas de la noche y 2 más durante la madrugada.

Joven diseñando en tableta gráfica durante la noche/ Fotografía iStock

Diferentes medios de comunicación, como la BBC, han dado alerta sobre un fenómeno que ha crecido exponencialmente en los últimos años: la procrastinación de dormir. Que no es más que la tendencia a quedarse despierto más tarde de lo que se debería a pesar de las consecuencias negativas de hacerlo. “Es inevitable decir que no te vas a desvelar en la universidad. Ahora, depende de cómo lo hagas”. Carlos Cordero, docente y coordinador de la Licenciatura en Diseño Gráfico afirma. De pie, con los brazos entrecruzados y un maletín negro colgando de su hombro, está a unos pasos de distancia del salón donde sus estudiantes lo esperan: algunos ansiosos, otros con los dedos entrecruzados, rogando porque se tarde un poco más en entrar. “La metodología de diseño no es solo dejar tareas, sino hacer proyectos”. 

El reloj marca las 10:00 am y Gabriela, Camila, Fiorella y Bryan, en diferentes aulas, se enfrentan al mismo desafío de todos los días: encontrar el equilibrio entre sus responsabilidades académicas y las necesidades de su cuerpo. La falta de sueño sigue presente en cada gesto y postura, afectándolos de una manera que tal vez aún no dimensionan por completo. 

Los estudiantes de la Escuela de Diseño, como tantos otros, enfrentan el reto de una cultura que prioriza la productividad sobre el descanso. Sin embargo, tal vez sea hora de reconsiderar estas prioridades, ya que al final, tanto el cuerpo como la mente necesitan una pausa.

Video grabado por Isabel Ayala y Hazell Salguero / Video editado por Juan Escobar y Siria Molina