¿Brainrot? el fenómeno que se ha convertido en una enfermedad digital y que afecta a millones en el mundo

Cada día surgen nuevos términos o frases, sobre todo en el campo tecnológico y educativo para llamar o catalogar a ciertos fenómenos que tienen influencia en la sociedad actual. Así aparecieron los trendings topics, web challenges y últimamente la phygital experience en el rubro del comercio. Pero, hace poco escuche decir a un colega; las actuales generaciones se han vuelto tan adictas al contenido de internet que han llegado hasta el “brainrot”. ¿El brainrot, me pregunté? Y luego de ahí con la curiosidad innata de todo periodista, empecé mi investigación para escribir lo que ahora lees.

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Foto con licencia- ECC

Por: Amílcar Durán– Docente ECC

El brainrot, no es más que una frase para decir que una persona está “podrida o jodida” de la mente por el contenido de poco valor al que está expuesto de manera continua y de forma online y los efectos que esto provoca, como llegar a hablar casi exclusivamente con referencias de internet. En este apartado las redes sociales como TikTok, Instagram y X, se llevan el primer lugar en El Salvador, además de los juegos en línea y el contenido para adultos.

El término “brainrot”, que apareció en internet en 2007, aumentó su popularidad al ser relacionado con el reconocimiento creciente de un trastorno que los investigadores del Hospital Infantil de Boston en Massachusetts, han denominado como “uso problemático de los medios interactivos”. Un fenómeno que se da cuando el sujeto traslada su conciencia al espacio en línea en lugar de la vida real, y filtra todo a través del lente de lo que se publica y lo que se puede o no publicar en la web.

Taylor Lorenz, autora del libro: Extremely Online: The Untold Story of Fame, Influence, and Power on the Internet, y columnista del Washington Post explica que el «brainrot», que significa «cerebro podrido» en inglés, era un sinónimo de «cerebro descompuesto» y que ambos términos se aplican a aquellos sujetos que han sido tan distorsionados por lo que ven en línea, que han perdido la capacidad de funcionar en el mundo físico.

Hace poco, el Newport Institute en Oceanside en California, un centro hospitalario de tratamiento de salud mental para jóvenes adultos, comenzó a contactar a personas que sufren de «brainrot». Esta institución anima a los padres cuyos hijos experimentan «dependencia de las pantallas» y «adicción digital» a considerar la posibilidad de recibir tratamiento.

Pero para algunos expertos, lejos de describir un deterioro mental de manera literal, se refieren al termino como un estado en el que la persona se encuentra completamente absorbida por un interés específico hasta el punto de que este domina sus pensamientos y comportamientos diarios. En muchos casos, esta obsesión puede ser con una serie de televisión, un videojuego, una banda musical, un libro, o incluso un tema académico; por lo que esta condición no podría ser del todo negativa, ya que curiosamente, el brainrot puede también estimular la creatividad, llevando a la creación de proyectos inspirados por el objeto de interés de la persona afectada.

La parte negativa.

Pensamientos recurrentes e intrusivos, consumo excesivo de un contenido específico, hablar continuamente sobre su objeto de interés, a menudo monopolizando conversaciones y dirigiendo cualquier tema de discusión hacia su obsesión, así como conflictos con personas que no comparten el mismo interés, son parte de los efectos negativos del brainrot en una persona; particularmente jóvenes quienes tienen mucha disponibilidad de tiempo libre, acceso a contenido abundante y están en la búsqueda de identidad y pertenencia, queriendo escapar de su realidad circundante que muchas veces se ve reforzada por la dopamina que las redes y la web generan.

Aunque no es un término científico, el brainrot refleja aspectos importantes de la psicología humana en la era digital, ofreciendo una lectura de como las personas interactúan con sus intereses y su entorno social, llegando incluso en casos extremos a “anestesiarse” por medio del uso del celular.

Aunque satanizar el celular y las redes sociales simplemente no es realista en estos tiempos, así como tratar de hacer sentir mal a las personas por usar su teléfono no es la mejor manera de abordar la situación; creo que, si es necesario y esencial comprender las circunstancias y las causas detrás de este fenómeno, para gestionar sus impactos de manera individual y efectiva.

Ahora si ¿Qué piensas? Te identificaste con parte de lo que significa tener el cerebro podrido o conoces a alguien con una obsesión que te lleve a pensar, esta persona es un “brainrot”.