Por Melvin Artiga
“Vive la leyenda” es el nombre del proyecto llevado a cabo por estudiantes del último año de la especialización de Comunicación y Cultura, bajo la cátedra de Proyecto Cultural Multimedia, impartida por el ingeniero Alejandro Cerna. Con este tipo de proyectos los estudiantes buscan revivir esas leyendas que han marcado nuestra historia y los cuentos que nuestros mayores relataban. Relatos que están en peligro de desaparecer al no ser adecuadamente documentadas, promovidas y transmitidas a las nuevas generaciones.
La carreta chillona, el gritón de medianoche, el padre sin cabeza… son tres de las leyendas más representativas de El Salvador y fueron las seleccionadas para esta experiencia multisensorial.
El video, los sonidos y la escenografía fueron utilizadas para brindar a los asistentes una experiencia única de las leyendas de El Salvador que, gracias a las nuevas tecnologías, como realidad aumentada, hacen que estas leyendas se mantengan vivas en las nuevas generaciones.
El uso del storytelling, mientras el espectador es vendado de los ojos, permitió que para contar las historias de “el padre sin cabeza” y “el gritón de medianoche” se utilizaran elementos distintivos de las leyendas.
La leyenda salvadoreña «El Padre sin Cabeza» narra la historia de un sacerdote injustamente condenado a perder su cabeza como castigo por un amor prohibido. Se dice que vaga sin descanso en las noches, llevando consigo una linterna para buscar eternamente su cabeza perdida. Su presencia se percibe por la luz titilante de la linterna y su llanto lastimero. Según la leyenda, aquellos que se cruzan con el Padre sin Cabeza pueden ser testigos de sus lamentos y sentir la intensidad de su sufrimiento, creando así una experiencia espeluznante que perdura en la memoria de quienes escuchan este relato.
Un cura, una monja, crucifijos y el incienso hicieron que el espectador se sintiera inmerso en la historia que se iba relatando mediante audífonos.
La leyenda del «Gritón de Medianoche» cuenta la historia de un espíritu atormentado que se manifiesta en las horas más oscuras. Se dice que su lamento desgarrador y aterrador resuena a la medianoche, asustando a quienes tienen la desventura de escucharlo. Se cree que el gritón es el alma de alguien que sufrió una muerte trágica o injusta, y su grito busca transmitir el dolor y la angustia que experimentó en vida, creando una atmósfera de misterio y temor en las noches salvadoreñas.
Para la recreación de esta leyenda se creó una atmósfera de bosque, en el que el espectador también era vendado de ojos mientras pisaba hierba como en los cerros donde los abuelos contaban dónde lo escuchaban mientras un estudiante se disfrazaba del ya mencionado gritón para espantar al final del recorrido al espectador.
La leyenda de la «Carreta Chillona» relata la historia de una carreta fantasmagórica que circula por los caminos solitarios durante las noches. Se dice que su inconfundible chillido se escucha a lo lejos, estremeciendo a quienes lo perciben. Se cree que esta carreta arrastra consigo almas en pena o castiga a quienes han cometido faltas graves. La leyenda advierte a aquellos que escuchan su aterradora lamentación que eviten encontrarse con la Carreta Chillona, ya que su presencia presagia desgracias o incluso la muerte.
Para la carrera chillona se usó la realidad aumentada, lentes y audífonos eran colocados sobre el espectador que permitía experimentar la historia y a la carreta chillona en persona.
Al final del recorrido, los espectadores podían escribir en un pizarrón sus impresiones sobre esta tan entretenida y enriquecedora experiencia de leyendas de nuestra cultura.