Los Chorros: cuatro siglos de desafíos y misterios

La carretera panamericana o “el callejón el guarumal” es un enigma que surge desde los años de la conquista; los problemas que se viven día a día, son parte de un complejo pasado, donde se plantean interrogantes sobre su construcción. Acompáñanos en este recorrido histórico que detalla los sucesos y datos de esta vía muy transitada por los salvadoreños.

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Foto de internet

Por: Rebeca Saraí Aguiluz Mejía

La carretera panamericana o “el callejón el guarumal” es un enigma que surge desde los años de la conquista; los problemas que se viven día a día, son parte de un complejo pasado, donde se plantean interrogantes sobre su construcción.

Acompáñanos en este recorrido histórico que detalla los sucesos y datos de esta vía muy transitada por los salvadoreños.

El camino que precedió a la actual carretera Panamericana, conocido como Los Chorros, tiene sus raíces en el año 1576, cuando El Salvador era parte del Reino de Guatemala y la ciudad de San Salvador aún era una ciudad joven, recién fundada tras la conquista del Señorío de Cuscatlán.

En ese entonces, el tramo que conecta los municipios de Santa Tecla y Colón, ambos en el departamento de La Libertad, era simplemente un «camino» o «callejón», que luego se conocería como el «callejón El Guarumal», debido a la aldea El Guarumal que atravesaba. Esta ruta era descrita como angosta y extraña, serpenteando junto a un río, del mismo nombre, que debía cruzarse sesenta y siete veces desde Guaimoco, hoy Armenia, hasta San Salvador, flanqueando el majestuoso volcán de nuestra capital.

Colón fue fundado en 1886, en la Hacienda El Guarumal. Fotografía de mapa contenido en la Descripción Geográfico-moral de la Diócesis de Guatemala.

Las dificultades en el camino eran notables, y a veces el callejón se inundaba debido a las aguas de la quebrada. A medida que avanzaba el siglo XVI, este camino se conocía como la «cuesta de El Guarumal» y se convertía en un paso crucial hacia la ciudad de Colón.

La documentación histórica sobre los orígenes de la autopista Los Chorros y otras vías importantes de El Salvador es dispersa y a menudo escasa. Sin embargo, entre 2014 y 2017, el historiador Ricardo Castellón emprendió una exhaustiva investigación para crear la «Historia de las carreteras centroamericanas», que abarca los caminos y carreteras de El Salvador desde los siglos XVI hasta XIX. Castellón señala que en ese período se podía acceder a San Salvador desde el norte, viniendo de Quezaltepeque, a través de un camino que se asemejaba al posterior trazado del ferrocarril, desconcertando a los historiadores salvadoreños sobre el paradero exacto de este trazo, hasta la elaboración de un valioso documento del historiador salvadoreño Jorge Lardé y Artbés, a fines del siglo XIX, quien recuperó y elaboró de un plano de San Salvador de 1594 donde se incluye el camino de El Guarumal y Ateos.

Los dos periódicos de mayor circulación (LPG y EDH) han revelado información recuperada del libro de Castellón «Del Sacbé al Acadam, donde se habla sobre la recopilación de la historia de los caminos en El Salvador desde hace 500 años y las advertencias que se hicieron en la construcción de esta carretera y también las consecuencias que se tendría si se realizaba; además, del proceso que conllevó a lo que ahora conocemos como Carretera Panamericana.

“Tan pronto se fundó la nueva ciudad, sus habitantes se dieron cuenta de que estaban encajonados en el llano y que no había paso al occidente del país; por lo que para comunicarse con Sonsonate y Santa Ana los tecleños tenían que ir a San Salvador para tomar el ‘camino real’ que pasaba por Apopa, Nejapa, Quezaltepeque, etc. En vista de ello se dio principio a la construcción de una carretera que pasará por el callejón del Guarumal, señala la cronología de Santa Tecla recopilada por Juan José Contreras Callejas, Mauricio Alvarado Cea Campo y Ángela Margarita Alvarado.

“Como primer paso se dio permiso a una compañía extranjera en 1855 para que talara y aserrara el bosque por donde pasaría la carretera. Acto seguido, se inició la construcción; sin embargo, la obra llevada a cabo resultó muy defectuosa”.

Castellón recuerda en relación a esta construcción que, para ese año, “la afortunada noticia es que, a El Guarumal, se habían asignado, como a otras carreteras, 12 mil pesos”. “Y aquí ya estamos hablando del contexto de la Nueva San Salvador, donde una de las rutas de accesos era el Guarumal. Se daban 50 pesos semanales para pagar a los empleados y operarios que trabajaban en el mantenimiento del camino”, indica.

El proyecto le fue encargado al ingeniero alemán Otón Fisher, director general de Obras Públicas, quien tenía un salario de 100 pesos y también la responsabilidad de «inspeccionar y dirigir la reparación de los caminos” hacia la vieja capital y hacia el puerto de La Libertad, como las obras hidráulicas para introducir agua a la ciudad y verificar que los edificios de la nueva ciudad se construyeran “según arte”, perfectamente alineados y con alturas iguales, señala Galiont. Siendo Fisher el encargado, para 1856, de las obras en El Guarumal. Por medio de un informe el 3 de julio de 1856, informó sobre el plan y avances para la construcción de este camino, que decía de la siguiente manera: Ya hace mucho tiempo que se trata de la compostura del camino para Sonsonate. Siendo la parte que pasa por el callejón El Guarumal muchas veces intransitable por las tapaduras causadas por las piedras que vienen con las crecientes, todas las composturas que se realicen en esa parte deben considerarse como transitorias. Lo mismo sucede con la cuesta conocida bajo el nombre muy a propósito del ‘desconsuelo’. Esta ha sido compuesta en los primeros meses del año del modo que se ha podido; sin embargo, los primeros aguaceros en este invierno han arruinado otra vez la calle. Nunca se puede pensar que este camino será transitable para carretas como lo pide el interés general y especialmente de la nueva capital. Más no es imposible buscar otro trazo para evitar los inconvenientes del callejón y la necesidad no dejará de conseguir fondos. Para este trabajo se necesitan mozos que limpien los bosques y ayuden en las medidas y nivelaciones y a la vez fondos para pagarlos».

La Cronología de Santa Tecla agrega que “No obstante este informe, se siguió trabajando en la carretera y así, el 4 de noviembre de 1857 el presidente de la república (Francisco Dueñas), en una visita a Santa Tecla, comprobó que la carretera estaba bastante avanzada en su construcción. Sin embargo, debido a problemas económicos el proyecto no se terminaría, y la carretera se mantenía infranqueable”.

Castellón dice que para el mismo año,” el ´-Gobernador de Sonsonate declaraba que siendo necesaria la apertura de un camino directo de Sonsonate a Nueva San Salvador se había practicado un reconocimiento en la Hacienda La Joya -que es donde están los nuevos centros comerciales por Nuevo Cuscatlán- al puente viejo del río Sucio, pasando por la hacienda de El Cerro de Piedra y de ahí continuando al callejón de El Guarumal, pero no hubo resultados concretos». “Como siempre había muchos planes”, manifestó.

Para 1860, la hacienda El Guarumal, de donde se desprendía el nombre del callejón, contaba con apenas 71 habitantes, de los cuales 42 eran hombres y 29 mujeres, de acuerdo con el libro “Estadística de Santa Tecla y sus alrededores:1860” de Ignacio Gómez.

Castellón manifiesta que el siguiente año, es decir, “para 1861, el propio (presidente) Gerardo Barrios en su visita al interior de la República había debido atravesar el callejón de El Guarumal y decía: ‘penoso en todo tiempo, pero en especial en la época de lluvias. No solo por lo molesto sino también por lo peligroso’ Era una quebrada, con todos esos despeñaderos. Eso que caen a la carretera el montón de peñascos, imagínese cómo ha de haber sido para la época. En 1861 se trabajaba por dejar expedita la carretera de Sonsonate a Armenia para que, si se salva el paso del callejón El Guarumal, puedan tocar carros (carruajes) hasta la capital de la república. Había intenciones para que se hiciera transitable para carretas, pero seguía siendo un camino”.

En el siglo XVIII el comercio se hacía mediante el transporte por carretas y bueyes. Ilustración tomada de la Historia del Itsmo Centroamericano Tomo I.

En ese año  establece que el Gobernador del Departamento de la Capital, José Escolástico Andino, tenía “el designio de abrir hacia un lado del Guarumal, un camino que sin mayor rodeo evite aquellas penalidades y peligros”. “Dentro de breve se verán los resultados de los trabajos emprendidos ya en ese rumbo”, aseguraba La Gaceta.

Copias de las actas de las sesiones celebradas en Nueva San Salvador en septiembre de ese año y recogidas en la investigación de grado de Sonia Álvarez sobre la Santa Tecla del siglo pasado y su impacto en la sociedad cafetalera, dan cuenta que El Guarumal seguía siendo “una vía bastante intransitable que la municipalidad se proponía activar mediante la apertura de un nuevo camino” y que “tanto el Guarumal como Belén, eran dos haciendas en ese sector, de donde se proponían extraer maderas para construcción y con el camino podía abastecerse la ciudad”. Según la fuente, los terrenos de El Guarumal eran bien cotizados y un miembro de la élite de aquella época, Ascensión García, poseía 58 manzanas en el callejón.

Mientras tanto, en 1862 se continuaban buscando alternativas para no transitar por el peligroso Guarumal. Un informe de Gobernación de 1962 publicado en el Diario Oficial decía que “con el objetivo de evitar el mal paso del Guarumal, hay ya trazada una ruta que se sigue ampliando y presenta todas las probabilidades de un regular camino para Sonsonate”.

El presidente Francisco Dueñas encargó al ingeniero Ciriaco López el proyecto de apertura de la carretera, para lo que se dispusieron  160,000 pesos. “El ingeniero López llevó a feliz término el proyecto, pero necesitó de cinco años de trabajo, de 1865 a 1870, habiendo gastado menos de la cantidad asignada. De esta manera desapareció para siempre el que constituía un verdadero tapón en el barranco del Guarumal”, reseña la cronología de Santa Tecla.

Durante ese lapso, en 1866 ya “se informaba de adelantos en el camino”, dice Castellón, y detalla que “rompían grandes piedras para dar al camino mayor anchura”. Para entonces ya podían transitar carretas por el callejón y trasladaban la madera extraída “bosque del Guarumal” para la construcción del Palacio Nacional iniciada el mismo año.

“Resulta obvio inferir que la apertura del camino por el Guarumal, debió haber favorecido de cierto modo, el comercio con el occidente y por lo tanto la expansión de la frontera agrícola de Santa Tecla y La Libertad”, reseña Álvarez.

Sin embargo, para 1869, en el Bosquejo de Fernández se señalaba que la barranca llamada Callejón El Guarumal separaba la cadena de colinas costera del volcán de San Salvador y describía que “sus flancos escarpados y peñascosos en lo alto, son bastante tendidos a las faldas; sin embargo, estas del lado del Callejón El Guarumal rematan cortadas perpendicularmente, y al oeste son en parte más ásperas, porque sobre ellas se levanta un gran montón de lava procedente de la última erupción”.

El Guarumal, en un mapa de 1868 hecho por una expedición científica de México organizada por las autoridades de instrución pública de Francia en atención a un mandato expreso del emperador Napoleón III.

En ese entonces se relataba, en el mismo bosquejo, la existencia de un lago al interior del volcán de San Salvador. “El borde superior del cráter es desigual y erizado de asperidades, y en el fondo de este existe un lago considerable, cuya figura superficial se acerca a la de una cruz de malta. Los altos y escarpados paredones que lo circundan son casi perpendiculares, sin embargo, en ellos se presenta un punto accesible para poder descender hasta la orilla del lago”.

Construcción del balneario

El parque turístico y balneario ‘Los Chorros’ cuenta con un área de 12 manzanas en total, de estas, son 4 las habilitadas para el público, recibe su nombre por los nacimientos que surgieron por las filtraciones de agua lluvia provenientes del volcán de San Salvador. Los Chorros, nace de la visión del poeta salvadoreño Raúl Contreras, padre de los turicentros, quien impulsó el sistema de Centros Recreativos de El Salvador, a raíz de su visión se inaugura en 1952 el Turicentro Los Chorros.

Luego de su inauguración, el realce del mismo era tanto que el 19 de Julio de 1975 se convirtió en el escenario internacional del 24° certamen de belleza ‘Miss Universo’.

Entre su historia también encontramos momentos muy trágicos, ya que también, como la carretera principal, el balneario fue afectado por los terremotos del 13 de Enero y 13 de Febrero del 2001 por lo cual permaneció cerrado por aproximadamente 7 años hasta su reapertura el 13 de marzo del 2008, fecha desde la cual permaneció abierto hasta mayo de 2020, cuando las lluvias de las tormentas Cristobal y Amanda provocaron que un nuevo derrumbe soterrara las piscinas dejándolo inhabilitado una vez más, afortunadamente, este suceso abrió las puertas a su reconstrucción y restauración para reabrir sus maravillosos, paisajes, flora, fauna y sus cristalinas aguas una vez más al público en diciembre del 2021.

Sucesos que marcaron la carretera Los chorros

Para 2001, la ya conocida como autopista Los Chorros fue soterrada por varios metros cúbicos de tierra durante los terremotos del 13 de Enero y 13 de Febrero del 2001. Varias personas murieron en dicha vía.

Por otra parte, la última intervención significativa que tuvo la carretera se entregó en 2013, con el cambio de asfalto a cemento. Varios años después, varios tramos de la vía se encuentran deteriorados por hundimientos.

El riesgo de derrumbes continuo con desprendimientos durante temblores y temporales; y en abril de 2017 una roca de gran tamaño se desprendió por un temblor causando la muerte de una persona que circulaba en su vehículo en ese momento. La vía fue cerrada y realizaron trabajos de mitigación lanzando concreto al talud.

En abril de 2019 se registró otro considerable derrumbe y la vía fue nuevamente cerrada mientras se realizaban los trabajos de remoción de escombros y mitigación de riesgo.

El 31 de mayo de 2020, las lluvias provocaron que un nuevo derrumbe soterrara las piscinas en el turicentro Los Chorros. Fue nuevamente rehabilitado para turistas hasta el 12 de diciembre de 2021.

Desde 2021 se anunció un proyecto para ampliar esta carretera a ocho carriles y construir un viaducto que supuestamente permitiría evadir el riesgo de derrumbes en la vía.

El Callejón El Guarumal, hoy parte de la carretera Panamericana, es una vía que ha atravesado siglos de desafíos y misterios. La elección de su ubicación original en una zona propensa a deslizamientos y derrumbes plantea interrogantes sobre la planificación y la decisión de construir una carretera en este lugar. Desde antes del inicio de su construcción, las dificultades en el camino, en ese entonces conocido como ‘El guarumal’ eran notables, sufriendo inundaciones debido a las aguas de la quebrada además de su trazado angosto y serpenteante, cuando su construcción inició, desde la tala del bosque que la rodeaba, los bajos presupuestos para su construcción y las advertencias del ingeniero Fisher, haciendo saber a los mandatarios que la carretera nunca sería transitable, su inicio fue lleno de desafíos, pero siendo necesaria para conectar ciudades importantes y acortar distancias entre departamentos, su construcción se llevó a cabo, convirtiéndose desde entonces en una de las vías más peligrosas y aun más en tiempos de lluvia, dejando como un duro recuerdo:  muertes, tragedias, tristezas y lágrimas a cientos de salvadoreños.

En el presente se busca su expansión y modernización para hacer frente a los problemas del presente y del futuro, con la construcción de un proyecto que promete ser la solución, ‘El viaducto Los Chorros’ del cual revisaremos más en nuestra siguiente edición.

¡Hasta la próxima!.

Así será la nueva carretera a los Chorros, la cual mejorará la conectividad del país.