
Ricardo Chacón – ORCID: 0000-0002-3357-6474|Director de la Escuela de Ciencias de la Comunicación –UJMD–30 de abril 2025
Las inteligencias artificiales se transformarán en la nueva interfaz de usuario, mientras que las aplicaciones quedarán relegadas al olvido.
Adam Evans, el veterano de la inteligencia artificial de Salesforce, proclamó hace un par de semanas que, a lo largo de décadas, las pantallas, los teclados y las aplicaciones estructuradas han esculpido nuestra conexión con la tecnología. Las personas se familiarizaron con las computadoras y los dispositivos móviles a través de interfaces de usuario diseñadas por software, transformando así su estilo de vida, trabajo y juego.

Pues bien, Evans pronostica que a corto plazo esto cambiará y que en breve tiempo tendremos nuevas interfaces, los agentes virtuales autónomos.
Antes de continuar, precisemos qué es Salesforce. Es una plataforma de vanguardia líder en gestión de relaciones con clientes (CRM) montada en la nube. Sus características son: integración multinube que automatiza procesos empresariales; Customer 360, que ofrece una visión unificada del cliente en ventas, marketing y servicio al cliente; inteligencia artificial que genera análisis predictivos y optimiza la automatización de contenidos; y flexibilidad modular, lo que permite implementar solo las funciones necesarias.
Aclarando este punto, en un largo artículo, más bien en una profunda entrevista, Evans hace revelaciones sobre lo que será el futuro cercano con los agentes autónomos, independientes que ahora están “invadiendo” todos los sectores de la vida digital, incursionando en lo elemental, sustituir las interfaces.
En este trabajo, haremos no solo un resumen, sino comentarios y paráfrasis de lo dicho por Evans. Y es que este autor prevé que estamos viviendo una profunda transformación: los agentes de IA autónomos se transformarán en la flamante interfaz de usuario.
Comencemos con lo simple y sencillo, por supuesto, esto no lo explica Evans. Una interfaz no es otra cosa que un punto de encuentro que posibilita que dos sistemas se comuniquen, una especie de puente que permite, por ejemplo, en un hardware, conectores físicos (como el puerto HDMI para transmitir video y audio); en software, pantallas con elementos visuales (botones, menús) para controlar programas; en programación, reglas técnicas (APIs) que permiten a aplicaciones intercambiar datos automáticamente.
Dicho en pocas palabras, «Sin interfaces, tendríamos que entender lenguajes técnicos complejos para usar un smartphone o una página web».
Más de uno dirá a qué viene esta explicación tan elemental, pues esta interfaz está a punto de modificarse y convertirse en agente independiente, con inteligencia artificial… así de sencillo.
Estamos en el momento preciso de una gran metamorfosis, los agentes autónomos e independientes de IA se transformarán en la flamante interfaz de usuario, optimizando tanto la experiencia corporativa como la personal.
En realidad, pronto los usuarios se conectarán con agentes que orquestan sus tareas, accediendo a información y aplicaciones necesarias en un segundo plano. Las repercusiones en la eficiencia, la productividad y el software corporativo son profundas.

Evans subraya que líderes, CIOs, desarrolladores y aliados deben dedicar una atención constante.
De los programas a los agentes: la transformación en la vivencia del usuario.
A lo largo de la historia, las empresas se sustentaban en aplicaciones especializadas en ventas, marketing, servicio y operaciones. Sin embargo, ¿qué sucedería si los empleados dejaran de navegar por múltiples aplicaciones para realizar su labor? En su lugar, podrían comunicarse con un agente de IA y dejarlo que se encargue de todo el resto.
Imagina, por ejemplo, a un vendedor alistado para una asamblea. En la actualidad, tiene la capacidad de explorar su CRM, rastrear las comunicaciones anteriores en su bandeja de entrada, extraer información de un panel de análisis y recolectar datos por cuenta propia. En cambio, un agente de IA en Slack recolectará de antemano todos los datos pertinentes, redactará un informe detallado e incluso sugerirá conversaciones a medida, todo ello sin que el representante deje su ámbito laboral habitual.
Los agentes de inteligencia artificial orquestados también solucionarían el enredo de la «silla giratoria», donde los representantes de servicio al cliente se desplazan entre sistemas para recuperar información, verificar detalles y resolver pedidos.
En vez de navegar entre plataformas, los delegados enviarían un mensaje en una única interfaz y luego trabajarían en secreto, recolectando información e incluso acelerando las resoluciones.
Esta metamorfosis no implica la desaparición de las aplicaciones ni del enfoque de software como servicio (SaaS). En realidad, serán aún más poderosos. Los agentes se transforman en la puerta de entrada y el puente con las aplicaciones, brindando datos, lógica y la automatización del proceso esencial. La diferencia reside en que los humanos ya no deben aventurarse en esos entramados por cuenta propia.
Las inteligencias artificiales orquestan ese enigma. Además, sus LLM, (Modelos de lenguaje largo), son sistemas de inteligencia artificial avanzada que pueden comprender y generar lenguaje natural; son más eficientes debido a su habilidad para desentrañar datos, metadatos, flujos de trabajo y aplicaciones desde una plataforma unificada.
Un enfoque multifacético coordinado.
En el ámbito técnico, en un entramado de múltiples escalones concebido para una armonía corporativa impecable, operan tres tipos de actores: primordial, orquestador y especializado.
- Los agentes primordiales, ubicados en plataformas, actúan como la puerta directa del usuario, transformando las interacciones en un diálogo intuitivo y conversacional.
- Los orquestadores, quienes también podrían ser los líderes, operan en un segundo plano para orquestar las delegaciones y orquestar el flujo de trabajo, asegurando que las peticiones precisas lleguen a los sistemas adecuados.
- Agentes expertos orquestan la ejecución por cuenta propia, conectando con APIs de CRM, ERP. ¿Qué es esto?… Son interfaces de programación de aplicaciones (API) que permiten que diferentes softwares se comuniquen y compartan datos. En el caso del CRM (Gestión de Relaciones con el Cliente), la API permite conectar sistemas de ventas, marketing y servicio al cliente con otras aplicaciones, facilitando la automatización y personalización de procesos.
Y por si fuera poco, en el caso de ERP (Planificación de Recursos Empresariales), la API facilita la integración con sistemas de contabilidad, recursos humanos, logística, y otros, optimizando la gestión interna y externa.
Esta estructura multiagente está organizada en un ecosistema flexible y API, donde los flujos de trabajo inteligentes pueden integrarse con los sistemas de las empresas sin que éstas necesiten rehacer sus aplicaciones principales. Este giro revoluciona la creación y el mantenimiento del software corporativo.
En lugar de crear interfaces de usuario inmutables, es crucial que sus sistemas y agentes presenten las API, los datos y los metadatos de manera intuitiva, asegurando que los agentes puedan acceder a ellos, interpretarlos y actuar eficazmente en un ecosistema empresarial en perpetua metamorfosis.
En resumidas cuentas, se está creando un universo donde compañías, empleados, procesos, subcontratas y departamentos se entrelazan a través de diversos agentes y orquestadores. Esto permite que la interfaz se ajuste a nuestras demandas, sin importar el contexto ni la persona implicada. Es clave disponer de una plataforma unificada, basada en una única base de código, con acceso a todos los datos y procesos de una entidad.
Como buen vendedor, y mercadólogo, Evans, luego de hacer estas explicaciones, salta a lo suyo, plantear que la más “potente aplicación de inteligencia artificial, es la de su empresa, Salesforce.
No me interesa ampliar, profundizar en el tema o promocionar la marca; mi interés es señalar cómo los agentes independientes, autónomos pueden intervenir directamente en la mejora digital y productiva de las empresas de hoy y del mañana.

Adobe y LinkedIn se alían para mejorar la seguridad con los usuarios.
Adobe y LinkedIn han anunciado recientemente una estratégica asociación que tiene como objetivo unir sus respectivas herramientas de verificación de identidad y validación de contenido en una plataforma compartida de última generación. Este innovador programa, denominado «Verificado en LinkedIn», promete ofrecer a los usuarios una experiencia más segura y confiable al interactuar en la red social profesional.
» La nueva función de ‘Verificado en LinkedIn’ permitirá a los usuarios tener la posibilidad de utilizar las verificaciones profesionales que han completado en LinkedIn para mostrar con transparencia quiénes son en las diversas plataformas en línea que frecuentan, lo cual contribuye significativamente a fortalecer la confianza y la credibilidad de su perfil digital «.
Esto facilitará a los creadores de contenido proteger su trabajo y fortalecer su presencia en línea, ya que el sistema verificará de manera automática su identidad, imágenes, fotografías y publicaciones en todas las plataformas digitales, otorgándoles una valiosa insignia de «Verificado en LinkedIn».

La IA ataca de lleno a la medicina, o será que la medicina ataca de lleno a la IA
No sé cuál de las frases es la correcta, o si las dos son igual de válidas; lo que sí sé es que la IA está en la medicina de hoy y ha llegado para quedarse.
En el año 2025, la inteligencia artificial tiene un impacto revolucionario en el campo de la medicina y cambia de manera significativa la forma en que se diagnostican y tratan las enfermedades.
En el ámbito de los diagnósticos médicos, la inteligencia artificial supera notablemente la precisión de los profesionales humanos, tal como lo evidencia el caso de Unfold AI, una herramienta de inteligencia artificial generativa diseñada específicamente para desarrolladores de software, que se integra principalmente con el entorno de desarrollo Visual Studio Code (VS Code)
Este sistema es capaz de detectar la presencia de cáncer de próstata con una precisión del 84%, en comparación con el 67% de acierto que presentan los médicos en este tipo de diagnósticos.
En el campo de la cardiología, se ha logrado que la inteligencia artificial alcance una precisión del 85,7% en la interpretación de electrocardiogramas. Además, en la actualidad está llevando a cabo una revolución en el ámbito de la atención primaria a través de consultas virtuales, logrando un impresionante índice de aciertos del 98%.
En el proceso de descubrimiento de nuevos fármacos, es fundamental optimizar los tiempos y reducir los costos asociados. Esto se logra implementando estrategias eficientes que permiten acelerar el desarrollo de los compuestos farmacéuticos.
De esta manera, se pueden alcanzar tasas de éxito en los ensayos clínicos iniciales que llegan a ser tan altas como el 90%. La implementación de sistemas automatizados para la gestión de tareas administrativas en entornos clínicos ha demostrado ser una estrategia efectiva para optimizar la eficiencia operativa y disminuir significativamente los niveles de estrés y cansancio laboral entre el personal sanitario.
Con importantes inversiones económicas y normativas en constante evolución, la inteligencia artificial se compromete a universalizar el acceso a la atención médica a nivel mundial, siempre y cuando su integración se realice de manera ética, segura y equitativa.

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