«Adolescencia»: un retrato crudo de la juventud contemporánea

Cruda, incómoda y perturbadoramente real, “Adolescencia” irrumpe en Netflix con un retrato feroz de la juventud actual, donde la presión social, las redes y la violencia moldean identidades al borde del colapso.

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Redacción: Amílcar Durán|Docente ECC

Me ha llamado la atención la gran cantidad de comentarios a favor y en contra, y el debate generado en torno a los temas que aborda la miniserie británica «Adolescencia», estrenada en marzo en la plataforma de video on demand, Netflix. Tanto ha llamado mi atención que he decidido “devorar” los 4 episodios de casi una hora cada uno, para establecer mis propios parámetros de análisis y de opinión en torno a esta producción que no es una simple investigación de un crimen.

Lo primero que puedo decir es que, por su contenido impactante, sus logros cinematográficos y las actuaciones de cada uno de sus personajes; es lógico que rápidamente se haya consolidado como una obra de referencia en la representación de las complejidades de la adolescencia moderna y la formación de la identidad masculina, algo que ha impactado a lo largo de los años en la autoestima de las generaciones; y hablo sin dudar de las pasadas, actuales, las nuevas y las futuras. A lo largo de sus cuatro episodios, rodados bajo el complicado uso del plano secuencia, la serie aborda de manera lenta pero intensa, temas como la dinámica familiar actual, la influencia de las redes sociales, la presión social en el entorno escolar con chicos frágiles emocionalmente, que sienten una urgente necesidad de reafirmación, el acoso y las primeras experiencias amorosas en jóvenes desde los 10 a los 18 años.

Fotos de internet

Como espectador en primer plano, la serie te permite explorar la alienación juvenil, el impacto de las subculturas “on line” y la ceguera e ignorancia de los padres ante la vida digital de sus hijos, a partir del drama de Jamie Miller, un adolescente de 13 años acusado del asesinato de una de sus compañeras de clase; destacando cómo la presión por encajar en grupos populares y la exposición constante a las redes sociales pueden exacerbar comportamientos destructivos y generar una desconexión emocional significativa entre la realidad y lo superficial, violencia de género y la influencia de la pornografía en la percepción de las relaciones interpersonales en sociedades “machistas” donde se ve a la mujer como “objeto sexual” y en roles tradicionalistas. En ese sentido no es casualidad entonces, que la violencia no sólo se convierta en un desahogo para el personaje principal, sino en una forma de sentirse «hombre», frente a una sociedad en la que hay una verdadera crisis en los roles masculinos tradicionales.

Los temas abordados en “Adolescencia” van cayendo como tormenta de agosto en un campo de fútbol sobre el televidente, de una manera torrencial que empapan y de los cuales no puede escapar sin enlodarse los zapatos.  Lo del aislamiento en un mundo virtual que alimenta los trastornos mentales, la presión hacia las niñas adolescentes en una cultura machista donde los novios las presionan a desnudarse para luego ser exhibidas como objetos ante sus amigos, son parte del abordaje paralelo.

La parte técnica: el plano secuencia una hazaña narrativa

Uno de los aspectos técnicos que más destaco de «Adolescencia» es su audaz uso del plano secuencia en cada episodio. Esta técnica, que implica filmar escenas completas en una sola toma continua sin cortes aparentes, lleva al espectador por una experiencia inmersiva y en tiempo real. Su ejecución requiere una coordinación meticulosa entre actores y equipo técnico, con múltiples tomas hasta alcanzar la perfección deseada. Por ejemplo, investigando descubrí que, en ambientes como el de la escuela se involucraron a 370 extras y una coreografía compleja para capturar la autenticidad del entorno y su conmoción. Todo esto pasa por el desafío en la logística del rodaje, la dirección de actores, la coordinación de cámara, iluminación, registro de sonido y el diseño del espacio cinematográfico.

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El impacto y la crítica mundial

«Adolescencia» lidera las listas de visualización en 71 países, obteniendo un 98% de aprobación de las audiencias. La crítica ha elogiado su narrativa cruda y realista, así como las actuaciones destacadas de Owen Cooper; para quien es su primera actuación frente a las cámaras en el papel de Jamie Miller. La serie ha llegado a generar debates sobre el hecho que los niños y jóvenes puedan verla solos, dada su crudeza y dureza. 

Mi recomendación es que no se pierdan de experimentar el desafío de enfrentarse a esta producción audiovisual que seguramente te confrontará y te hará reflexionar sobre lo que se vive en tu entorno familiar, académico, digital y de relaciones interpersonales que se vuelve un mensaje urgente, un grito de alarma y un llamado de atención y acción.