Redación -Edwin Alexander Cortez Segura.
El maestro Salazar inició su intervención resaltando la postura de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO por sus siglas en inglés) sobre que no existe un concepto universal sobre la inteligencia artificial dada su amplitud de aplicaciones.
En este sentido Salazar explicó que: “En Educación Superior, La Inteligencia Artificial Generativa (IAG) ha irrumpido con una tecnología capaz de automatizar recursos educativos, personalizar el aprendizaje y fortalecer la investigación científica”, pero que no existe un marco normativo que regule su uso y que esto puede plantear desafíos éticos.
Algunos de los retos mencionados fueron:
- Integridad académica: Posibles usos indebidos como el plagio y la automatización no ética de tareas.
- Sesgo cognitivo: Dificultad de los algoritmos para distinguir entre información veraz y falsa.
- Falta de regulación: Ausencia de marcos normativos que orienten su uso responsable.
Sobre esto, Salazar invitó a los asistentes a reflexionar sobre cómo la inteligencia artificial puede ser incorporada de manera ética y estratégica para transformar la educación superior sin comprometer sus principios fundamentales.
Esta premisa sirvió de base para su investigación la cual tuvo como perspectiva teórica la teoría de usos y gratificaciones, actualizada por Ruggiero, 2021; Sundar y Limperos, 2023, quienes plantean que Los usuarios son agentes activos en la elección de medios tecnológicos, basando sus decisiones en la capacidad de estos para cumplir con sus expectativas y resolver problemas específicos.
Dicha investigación tuvo como objetivos identificar las necesidades sentidas vinculadas a las herramientas de Inteligencia Artificial (IA)por estudiantes y docentes de la Universidad Dr. José Matías Delgado (UJMD) durante los meses de septiembre a diciembre de 2023, así como delimitar, definir y describir las necesidades cognitivas, afectivas e integración social vinculadas al uso de herramientas de IA en la comunidad académica de la UJMD.
Salazar analizó cómo los estudiantes de la Escuela de Comunicaciones utilizan estas herramientas para satisfacer necesidades cognitivas, afectivas y de integración social.
Según una investigación, realizada junto a Marvin Escobar y Aileen Ruiz, ambos estudiantes de comunicaciones, un 93% de los encuestados reconoce y utiliza herramientas como ChatGPT, Canva y Duolingo, destacando su papel en la mejora de la experiencia de aprendizaje y la precisión en la información.
Otros resultados relevantes son: El 90% de los estudiantes de la UJMD conocen herramientas de inteligencia artificial, aunque el 48% tiene un nivel básico de conocimiento, el 72% utiliza esta herramienta para tanto tareas simples como complejas en su proceso formativo a nivel de pregrado, 82.6% de los estudiantes encuestados opina que la Inteligencia Artificial (IA) aumenta la precisión de la información en comparación con los métodos de búsqueda tradicionales.
Estos hallazgos “me llegan a argumentar entonces que, la inteligencia artificial generativa es un recurso educativo abierto, porque facilita el acceso equitativo a contenidos académicos, personaliza el aprendizaje y fomenta experiencias educativas interactivas” aseveró el investigador.
El también comunicador propuso acciones concretas para utilizar el potencial de la inteligencia artificial, transformar la educación, cumplir con las metas de educación de calidad y hacer un uso ético y responsable de estas herramientas. Estas acciones incluyen: la alfabetización digital para estudiantes y docentes, el diseño de políticas claras y el fortalecimiento de competencias críticas que permitan evaluar la información generada por la inteligencia artificial.
En cuanto al desarrollo de la docencia, el maestro Salazar aseguró que hay que aplicar herramientas de inteligencia artificial para diseñar experiencias de aprendizaje significativas y adaptativas. En este punto hizo referencia al modelo institucional HM-C2 que la Universidad Dr. José Matías Delgado está implementando como parte de su proceso de reingeniería hacia una universidad ecosistémica, el cual integra el humanismo, el constructivismo y el conectivismo.
Sobre la formación de los docentes en IAG a nivel tecnológico y ético, Salazar explicó que ésta puede variar dependiendo del contexto institucional, pero, en general, la formación de docentes en inteligencia artificial generativa enfrenta desafíos importantes:
- Formación tecnológica básica: La mayoría de los docentes tienen conocimientos limitados sobre el uso de herramientas de IAG, lo que les permite realizar tareas simples como generación de contenido o corrección gramatical. Sin embargo, es necesario un nivel más avanzado para integrarlas en estrategias pedagógicas complejas.
- Alfabetización en herramientas específicas: Comentó que, por ejemplo, en la Escuela de Ciencias de la Comunicación, se fomenta que los docentes utilicen herramientas como ChatGPT y Canva para resolver tareas y diseñar actividades en colaboración con los estudiantes, ya que la formación actual busca preparar a los docentes para un contexto educativo que integra tecnología disruptiva y anticipa el salto a la Industria 5.0, que incluye el Internet de las Cosas y nuevos métodos de enseñanza.
Para concluir, habló sobre modelos efectivos de enseñanza-aprendizaje pueden aplicar los docentes con la IAG para motivar a los estudiantes:
- Aula invertida: Modelo adoptado en la Escuela de Ciencias de la Comunicación, donde los estudiantes exploran contenidos teóricos con la ayuda de la IAG antes de la clase, mientras que el tiempo presencial se enfoca en actividades prácticas y colaborativas.
- Gamificación: Utilizar herramientas como Canva con funciones de IAG para generar dinámicas interactivas que refuercen los conceptos aprendidos.
- Aprendizaje basado en proyectos: Promover la investigación, el diseño de prototipos y la generación de soluciones prácticas, vinculando los conceptos aprendidos con aplicaciones reales y significativas.
Con esta ponencia, el maestro Salazar no solo destacó el potencial transformador de la inteligencia artificial en la educación, sino que también subrayó la necesidad de adoptar enfoques éticos y estratégicos que aseguren su impacto positivo.
La Escuela de Ciencias de la Comunicación, a través de estas iniciativas, refuerza su compromiso con la innovación educativa, el cumplimiento del ODS-4 (Educación inclusiva, equitativa y de calidad) así como la formación de profesionales preparados para los desafíos de la era digital.