Todo comunicador debe aprender a desarrollar ciertas habilidades como la creatividad, el liderazgo, la asertividad, la comunicación no verbal y la capacidad de enfoque, entre otras, comenta Urquia, egresado de la licenciatura en Ciencias de la Comunicación, de la Universidad Dr. José Matías Delgado a la Revista Matías+plus
Por Andrea López, de la Revista Matías+plus
De mente creativa y apasionado por lo que hace, decidido y ejemplo de que la perseverancia es capaz de lograr grandes cosas, así es Nelson Urquia, egresado de la ECC, redactor publicitario en el área creativa de la agencia Ogilvy El Salvador y profesor de redacción en la Escuela de Creativos “La Ducha”.
- ¿Cuáles consideras que fueron las mejores experiencias en tus años en la ECC?
Es difícil elegir momentos específicos, pero escogería, más que todo, una etapa que fue alrededor de mis ciclos cinco, seis y siete porque es aquella en la que se comienza a madurar y a pensar en cuál es realmente nuestro rumbo dentro de las comunicaciones. Además, en esa misma etapa comencé a ser instructor de las materias: “Teoría de la Comunicación 1 y 2” y “Comunicación Estratégica 1”. En mi sexto ciclo realicé una pasantía en Relaciones Públicas dentro de una oenegé, gracias al programa de pasantías de la ECC.
- ¿Qué especialización realizaste?
Mi especialización fue en Comunicación y Cultura. Elegí esa porque realmente me informé mucho acerca de las cuatro opciones con amigos que ya las estaban cursando y realmente fue la que me llamó mucho más la atención por las buenas referencias que recibía de parte de esas personas.
- ¿Cómo comenzó tu gusto por el mundo de la publicidad?
Esto fue complicado y curioso porque yo realmente detestaba la publicidad. No era lo mío. En un principio entré a comunicaciones con la mentalidad de querer ser periodista, ya que me interesaba mucho el periodismo escrito y el fotoperiodismo. Mi punto de vista cambió cuando llevé la materia “Publicidad 1”, porque me di cuenta de que disfrutaba mucho sobre el tema. Sin embargo, el momento clave fue cuando en “Publicidad 2” nos comenzamos a enfocar mucho en el área creativa. Las clases eran muy buenas y quería interesarme, aprender y disfrutar más sobre el tema. Incluso buscaba formas autodidactas para obtener más conocimiento. Me enamoré del tema y descubrí lo que me apasiona.
- ¿En qué momento de tu vida comenzaste a trabajar en la agencia de publicidad “Ogilvy”?
Era 2017 y me encontraba en mi octavo ciclo. La historia es interesante porque apliqué cuatro veces para entrar y las primeras tres no me llamaron ni siquiera para entrevista, pero esto no me desanimó. Es más, cada vez trataba de mejorar mi portafolio para presentarlo de nuevo. Desde el día en que me di cuenta de que la publicidad era lo mío, quise entrar en una agencia. Generalmente no soy de tener un plan “A” y un plan “B”. Cuando quiero algo voy por ello, hasta que lo logro. Por eso nunca apliqué a ninguna otra agencia.
Yo deseaba tanto ser parte de Ogilvy que me acuerdo perfectamente de cómo fue todo el día que me llamaron. Era un martes por la tarde. Me dirigía a mis clases de las 5:00 pm cuando me llamaron y me preguntaron si aún me interesaba la plaza. Estaba demasiado emocionado y me presenté al siguiente día a las 9:00 am. Desde entonces no paré y ahí comenzó oficialmente mi carrera publicitaria.
- ¿Cuál es tu mayor satisfacción de trabajar en el área publicitaria?
Son un conjunto de cosas, situaciones y experiencias que han abonado a mi vida en la publicidad. Primero, me siento agradecido, afortunado y bendecido de tener la oportunidad de trabajar en lo que me apasiona. Segundo, agradezco estar rodeado de un equipo de gente talentosa, entre diseñadores, fotógrafos y productores audiovisuales, entre otros. Todos ellos han abonado tanto en mí para poder llegar a convertirme en un publicista más íntegro. Por otro lado, trabajar con marcas tan importantes en nuestro país y fuera de él significa mucho. Cada una de las cosas que he realizado, desde lo más pequeño, me llena de satisfacción. Sobre todo, he tenido la capacidad de aportar al crecimiento de la industria creativa de nuestro país, haciéndola competir y sobresalir internacionalmente.
- ¿Cuáles son tus proyectos personales más recientes?
Algo que he hecho durante muchos años y que me gusta es escribir. De hecho, escribo cuentos cortos, los cuales desde 2019 he comenzado a editar de una manera mucho más profesional. Sigo escribiendo más, y mis intenciones para el 2020 son depurar y pulir una gran cantidad de mis cuentos para que, en un futuro, pueda publicarlos.
- ¿Cómo llegaste a la escuela de creativos “La Ducha”?
Llegué a “La Ducha” por la experiencia que he adquirido en Ogilvy. Al principio solo fui invitado, en 2018, para impartir dos charlas. Luego, en 2019 comencé como profesor adjunto en la materia de Redacción. Justo en ese momento comencé de lleno, pero este año me convertí en profesor titular de la misma materia. Realmente todo fue por la manera en la que se destaca mi trabajo, ya que la escuela es una iniciativa de un grupo de creativos salvadoreños para mejorar la industria publicitaria en el país. Por lo tanto, muchos nos conocemos, sabemos del rubro en el que nos desenvolvemos y así fue como entré.
- ¿Cuál es tu motivación para instruir a los jóvenes sobre la comunicación?
Personalmente, siempre me ha gustado compartir lo que sé y enseñarlo, no importa la cantidad de personas que sean, porque disfruto mucho el proceso de compartir el conocimiento y, a la vez, estar obligado a aprender más para seguirlo enseñando. Es decir, lo sé, lo instruyo y luego voy por más. Es un círculo de constante aprendizaje para mí y para las personas a las que les doy clases. Además, lo hago en el área publicitaria porque quiero comenzar a impartir conocimiento desde abajo, porque difícilmente se cambia el pensamiento de la gente que ya tiene pensamientos sistemáticos sobre la publicidad. Por eso, prefiero trabajar para otra generación de personas con diferentes perspectivas y formas de ejecución, donde la creatividad sea quien mande en cualquier rubro de la comunicación en el que alguno de mis alumnos se pueda desarrollar.
- ¿Quién ha sido tu referente en el ámbito comunicacional?
Directores de cine, músicos, líderes políticos, escritores, publicistas, entre otros. Sin embargo, enfocándome en publicidad, tendría que mencionar en primer lugar a quién fue mi catedrático de “Publicidad 2”, y actualmente mi jefe en Ogilvy, Fernando Sandoval. Luego, Federico Wilhelm, ex director creativo de Ogilvy, ahora de la agencia “New Link” en Argentina y, además, director y fundador de la Escuela de Creativos “La Ducha”. Es importante mencionar también a Rodrigo Tablas, ex director general creativo de la misma agencia en la que trabajo. Llos tres fueron mis mentores: gente cercana a la que admiro.
Por otra parte, a nivel internacional, el publicista David Droga, quien tiene una agencia llamada “Droga Five”; y Chacho Puebla, creativo argentino de la agencia española “Lola”. Me atrevo a decir que son pocos, porque tengo una lista muy larga de todas las personas que admiro.
- ¿Cuáles han sido tus proyectos más importantes dentro de la agencia?
He tenido muchos, pero los más populares han sido: las campañas del “Oktoberfest” y el “Mes de los Amigos” para Pilsener. Para Golden, sus campañas de verano y el “Golden Fest”, además del lanzamiento en 2019 de “Golden Extra”.
También he trabajado con Excel Automotriz en su campaña por su aniversario número cien. Esa fue realmente una gran oportunidad porque… ¿cuántas veces se tiene la oportunidad de trabajar una campaña de centenario para una marca? Fue realmente un privilegio.
Sin embargo, para mí todos mis proyectos del día a día, tenga mucho o poco presupuesto, grande o pequeño, todo es importante. El trabajo con las marcas es una gran responsabilidad porque se les otorga voz y personalidad ante su público.
- ¿Has ganado premios gracias a tu trabajo?
Creo que el más significativo hasta ahorita fue en 2019. Ganamos un bronce por la campaña del “Mes de los Amigos” de Pilsener, en el “Festival de Antigua”, que es el festival más importante de creatividad publicitaria en Centroamérica.
- ¿Qué piensas del manejo de la publicidad que se lleva a cabo en nuestro país?
Siempre hay ejemplos buenos y malos, como en todo el mundo. Hay marcas que tienen una excelente publicidad y que saben cómo ejecutarla desde lo estratégico, lo creativo, teniendo en cuenta la importancia del mensaje y su trascendencia. Por otra parte, hay algunos que también son muy malos en las mismas áreas mencionadas.
Cualquier marca debe buscar ser culturalmente relevante y al mismo tiempo, generar un impacto en su negocio. No solo se trata de hacer ruido y no ser algo importante que no mejora el engagement con el consumidor, ni crea un incremento en las ventas, etc., como muchas marcas lo hacen en el país.
La industria creativa en El Salvador aún es joven, pero estamos tratando de potenciarla y desarrollarla de la mejor manera. Tengo la impresión de que vamos por buen camino y dentro de unos años la publicidad salvadoreña estará mejor posicionada a nivel regional y mundial.
- Al momento de elegir carreras, ¿estabas convencido de que comunicaciones era lo tuyo?
Considero que la mayoría de las personas al principio no están seguras de esa decisión. Al entrar, todos queremos ser publicistas, productores audiovisuales, periodistas, pero en el camino nos damos cuenta de si un área determinada realmente es lo nuestro o no. Para mí, una de las ventajas que tiene la ECC es que nos permite poder probar un poco de todas las diversas áreas que tiene la comunicación y así realmente vamos escogiendo con sabiduría. En mi caso, no estaba seguro, pero creía que era lo mío porque conocía mis habilidades y capacidades, pero en realidad, eso se descubre a lo largo del camino.
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