Ricardo Chacón– Escuela de Ciencias de la Comunicación
Universidad Dr. José Matías Delgado/ 9 de octubre 2023
Tal como lo plantea el mismo Codina en su introducción, las cuestiones de fondo para pretender que un artículo o un medio de comunicación sea relevante y no arrastrado por la vorágine de cuestiones superfluas y banales son tres: uno, la gestión cuidadosa del personal y los recursos para satisfacer las demandas de la digitalización; dos, la fortaleza de los vínculos entre reputación y lealtad; y tres, la poderosa relación entre visibilidad y tamaño organizacional.
“En última instancia los medios de comunicación enfrentan el desafío de garantizar que su personal y sus recursos aborden de manera efectiva la tarea de maximizar el alcance y al mismo tiempo garantizar un enfoque centrado en el usuario que pueda generar impacto social”, plantea Codina con una claridad meridiana.
Y es que la información, que por mares circula en internet y en las redes sociales, en su gran mayoría es de baja calidad y deficiente en su organización, ya no se diga en cuanto a sus fuentes. Por si fuera poco, tiene ninguna o casi ninguna relevancia, llenando simplemente el espacio digital con paja. Sí, pura paja. Y en no pocas ocasiones, esa paja envuelve noticias falsas o denigrantes para la persona.
Las llamadas noticias falsas (o fake news, si usted prefiere el anglicismo) suelen estar aquí y allá, y lo peor, consumidas por hombres y mujeres que carecen del pensamiento crítico mínimo para diferenciar el trigo de la cizaña.
La valía de un medio de comunicación es su producción de calidad, cumplir a cabalidad de debido proceso informativo, que parte de una sólida investigación, sustentada en datos y estos comprobados a través de un proceso expedito que incluye pesos y contrapesos. Además, y esto es clave, debe tratarse de información que sirva, que guste, que satisfaga los cada vez más exigentes requerimientos de los lectores. Y estos son personas cada vez más ávidas de información buena y útil.
Al igual que las campañas de publicidad falsas, por muy bonitas y agradables que sean, pueden engañar o engatusar al más ávido conocedor. Pero esto lo consiguen una vez. Sí, una tan sola vez. Porque cuando se descubre la falsedad, y la mentira sale a la luz, logran un desprestigio y nunca más serán tomadas en serio. Sucede exactamente lo mismo con la producción noticiosa de los medios de comunicación: tarde o temprano la información falsa sale a la luz pública y quien la difundió jamás vuelve a recuperar la confianza y la buena reputación.
Si gustas leer sobre el tema, y entrar de lleno al artículo completo de Codina, dirígete a este vínculo. Incluso puedes “bajar” la edición del autor: https://www.lluiscodina.com/decoding-news-media/