Dicho de otra manera, la contaminación lumínica aparece en el escenario, y no es otra cosa que la alteración del hombre a los niveles naturales de iluminación nocturna, o sea que se afecta la luz natural ofrecida por los objetos celestes y la luna.
Hay estudios al respecto, de tal forma que en 2016 el profesor Fabio Falchi y otro grupo de investigadores, dieron a conocer un mapa de contaminación lumínica global, basado en imágenes nocturnas de la superficio terrestre obtenida por satélite.
Pero no todo es malo, la contaminación lumínica se puede reducir con bastante facilidad con luces direccionales, usando luz artificial solo cuando y donde sea necesario, usando solo la cantidad de luz necesaria, bombillas de bajo consumo y con el espectro adecuado.
En definitiva, como en todas las cuestiones, es de conocimiento, de información y de conciencia, a continuación, el link con el artículo completo