
Ricardo Chacón – ORCID: 0000-0002-3357-6474|Director de la Escuela de Ciencias de la Comunicación –UJMD– 14 de mayo 2025
HLAB, o High-Level Advisory Body on Artificial Intelligence (Órgano Asesor de Alto Nivel sobre Inteligencia Artificial), es un grupo consultivo creado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2023 para asesorar sobre el desarrollo, gobernanza y regulación de la inteligencia artificial (IA) a nivel global.
Esta organización asesora, está compuesta por 39 expertos de 33 países, incluyendo tecnólogos, juristas y líderes internacionales, y fue coordinada por la española Carme Artigas; su objetivo principal es proponer recomendaciones que permitan que la IA beneficie a toda la humanidad y no quede limitada a unos pocos países o empresas.
Un resumen de búsqueda hecho por Perplexity indica que en septiembre de 2024 HLAS presentó un estudio titulado “Gobernar la IA para la humanidad”. En este estudio, se insta a la ONU y a sus Estados miembros a establecer una arquitectura global cooperativa e inclusiva para gobernar la IA.
El informe destaca el riesgo de que el desarrollo y control de la IA esté concentrado en unas pocas multinacionales y países, lo que podría dejar fuera de la toma de decisiones a la mayoría del mundo, especialmente al Sur Global.
La tercera parte de este informe fue publicado esta semana y ha generado todo tipo de reacciones, sobre todo porque plantea mayores controles en el desarrollo de la IA y por supuesto un mayor desarrollo horizontal de los nuevos descubrimientos a partir de la inteligencia artificial. Aquí les ponemos un link del documento:
El informe propone siete medidas fundamentales:
- Panel científico internacional: Crear un panel independiente de expertos para proporcionar información científica confiable sobre IA, elaborar informes anuales sobre capacidades, riesgos y tendencias, y abordar asimetrías de información entre laboratorios y el resto del mundo.
- Diálogo político: Convocar reuniones intergubernamentales y de múltiples partes interesadas (gobiernos, empresas tecnológicas, sociedad civil) para alcanzar consensos regulatorios que garanticen los derechos humanos y la seguridad.
- Intercambio internacional de estándares de IA: Promover la interoperabilidad técnica de los sistemas de IA a través de la colaboración entre organismos reguladores, empresas y sociedad civil, para evitar fragmentaciones y asegurar estándares globales.
- Red mundial de beneficios comunes: Facilitar la formación, el acceso a recursos y datos para investigadores y emprendedores sociales, asegurando que los beneficios de la IA lleguen a todas las regiones y sectores.
- Fondo mundial para la IA: Crear un fondo global que aborde las deficiencias en capacidades y fomente la colaboración internacional para el desarrollo y uso responsable de la IA.
- Marco mundial de datos: Establecer principios, definiciones y normas para la administración de datos, garantizando transparencia, rendición de cuentas y confianza en los sistemas de IA.
- Agencia de la IA en la ONU: Crear una pequeña oficina de IA dentro de la Secretaría General de la ONU, encargada de coordinar y apoyar la implementación de estas propuestas y servir de punto de referencia global.
Estas recomendaciones buscan evitar que la IA sea controlada por un grupo reducido de actores y garantizar que su desarrollo sea inclusivo, ético y alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU.
De fondo, y por eso he traído el tema este día, tiene que ver con la idea clara y contundente que la inteligencia artificial tiene el potencial de revolucionar el bienestar colectivo, subrayando la investigación biomédica y la energía como áreas que podrían ver su florecimiento.
Sin duda alguna, la incorporación y el desarrollo de la inteligencia artificial, sostiene, también puede elevar la eficiencia de las pymes, catalizando el auge económico.
Sin embargo, y esta es la otra cara de la moneda, el HLAB señala que el avance y la aplicación de la IA han sido desiguales, defendiendo que es imperativo establecer una normativa que asegure que «la IA se aplique para el bienestar colectivo y que sus oportunidades se repartan de manera justa».
La encuesta a expertos del HLAB revela que la proliferación de su uso podría afectar ámbitos como la disparidad en la información y la seguridad nacional. El HLAB recomienda que, al considerar diferentes opciones normativas, es mejor adoptar un enfoque centrado en la vulnerabilidad. Esto implica clasificar los riesgos relacionados con la IA según las personas que podrían verse afectadas. optar por una perspectiva basada en la vulnerabilidad, clasificando los riesgos vinculados a la IA según quiénes podrían ser impactados.
Al destacar que esta estrategia abrirá puertas a la inclusión de las voces de los colectivos más frágiles en las revisiones de la regulación de la IA, el HLAB subraya la relevancia de que las agendas regulatorias sean equitativas en su abordaje.
En definitiva, y esto es interesante, el HLAB sostiene que la esencia universal de la IA demanda una regulación global, pues las normativas nacionales no pueden suavizar adecuadamente los efectos futuros de la IA. Lo local y lo global deben combinarse, esto es imperativo.
El complicado mundo laboral desde la IA
La gran pregunta de propios y extraños, ¿qué pasara con los trabajos de hombres y mujeres en el futuro cercano? ¿Desaparecerán, serán sustituidos por máquinas inteligentes, o ambas…?
Una serie de indicadores preocupantes están emergiendo en el ámbito laboral para los empleados (especialmente los más jóvenes, aquellos que están dando sus primeros pasos), y la inteligencia artificial podría estar desempeñando un rol más relevante de lo que nadie está dispuesto a reconocer.
Algunos informes y estudios recientes parecen estar proporcionando cada vez más pruebas contundentes de que la inteligencia artificial está impulsando de manera significativa la transformación del mercado laboral, especialmente en lo que respecta a los jóvenes recién egresados de la universidad.
Aunque los datos recogidos hasta ahora no son definitivos, el momento actual y la importancia de los avances tecnológicos recientes indican que la era del cambio laboral debido a la inteligencia artificial podría estar ya en marcha.
¿Cuál es la situación actual con relación con el impacto de la inteligencia artificial en el mercado laboral? Paul Roetzer, eminente fundador y destacado director ejecutivo del prestigioso Marketing AI Institute, tuvo la gentileza de compartir la primicia más relevante y novedosa en el marco del episodio 146 de «The Artificial Intelligence Show».
Vale la pena escucharlo en este podcat: https://www.marketingaiinstitute.com/blog/the-ai-show-episode-146
Obras creadas por IA y derechos de autor, la nueva discusión.
Con la proliferación de las plataformas generativas de inteligencia artificial, creadores, artistas, productores y empresas tecnológicas han explorado la posibilidad de que las obras generadas mediante la inteligencia artificial puedan estar sujetas a protección por derechos de autor.
En su informe más reciente, la Oficina de Derechos de Autor llega a la conclusión de que la legislación y los principios actuales en relación con los derechos de autor son apropiados para abordar la cuestión de la protección por derechos de autor de los productos de inteligencia artificial.
Propone que la inteligencia artificial puede ser empleada en la generación de obras protegidas por derechos de autor, siempre que exista el nivel exigido de expresión creativa humana.
El informe emitido por la Oficina de Derechos de Autor también establece que la salvaguarda de los derechos de autor no se extenderá a las obras producidas exclusivamente por medio de programas informáticos.
Por el contrario, la evaluación de la protección por derechos de autor debe realizarse individualmente. Se debe evaluar si una obra posee la expresión creativa humana y la originalidad requeridas para ser protegida por dichos derechos. Este análisis meticuloso facilita la adaptación de la legislación estadounidense sobre derechos de autor a las obras producidas utilizando tecnologías emergentes.
En el proceso de elaboración del informe, la Oficina de Derechos de Autor consideró las contribuciones de más de 10 000 partes interesadas que buscaban claridad en relación con la protección de las obras en términos de licencias y transgresiones.
Este informe no aborda el uso legítimo en la capacitación de sistemas de inteligencia artificial ni la responsabilidad por derechos de autor relacionados con estos sistemas. Se anticipa que estos temas se tratarán en publicaciones independientes.